Unas vacaciones familiares de fin de semana para olvidarse de la tablet y perderle el miedo a la naturaleza.
La aventura comienza con un encuentro con los animales de un rancho, en el ejido Agustín González, a 30 minutos de San Miguel. Los niños acarician chivos recién nacidos y cargan conejos. Ayudan a las señoras a recolectar huevos en un gallinero, y cuando ellas no se dan cuenta, espantan a una que otra gallina. Aprenden a preparar tortillas desde la molienda del maíz. Las acompañan con salsa fresca y queso artesanal.
Después, viene el paseo a caballo. Mientras los papás ponen cara de angustia al ver a sus hijos estrenarse como jinetes, los chavitos tardan apenas unos minutos en sentir confianza y querer cabalgar a toda velocidad. A los menores de dos años los acompaña un vaquero, y a partir de los tres, van en solitario con un arnés de seguridad. La localidad se llama Boca de la Cañada, pero el cañón que recorren cambia de nombre conforme avanzan. Cruzan un arroyo donde pueden nadar y llegan a las partes altas de las barrancas, a unos 40 metros. En el camino los vaqueros enseñan a las familias a enlazar animales y hay oportunidad de recolectar cuarzos.
El paquete de viaje incluye un tour nocturno de leyendas en San Miguel.
Costo: desde tres mil 850 pesos por persona, con una noche de hospedaje.
