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Antes de abordar, puedes gozar un tratamiento de belleza. Con un rápido masaje o un facial, olvidar las horas de vuelo que se aproximan. Después, relajarte en un “jardín” montado en plena terminal, con asientos y sofás reclinables, sonidos ambientales que imitan la naturaleza y bicicletas fijas para estirar las piernas. Incluso tiene algunas plantas reales, para hacerte sentir al aire libre. No parece, en lo absoluto, un aeropuerto.
Es el Ámsterdam-Schiphol, en la capital de los Países Bajos. En 2016, la organización Skytrax —la cual analiza y califica la industria de aviación a nivel internacional— lo colocó en el quinto lugar en cuanto a servicios de entretenimiento.
No es la primera vez que ha sido reconocido por esta institución: en varios años se ha mantenido entre los mejores 10 aeropuertos del mundo. En 2015 fue nombrado, por ocasión número 26, el mejor aeropuerto de Europa por la publicación Business Traveller UK.
A continuación, algunas de las maravillas que Schiphol ofrece a los viajeros.
Relájate
En 2016, año en que celebró su centenario, el aeropuerto estrenó una nueva sala de espera, el Lounge 2. Se divide en siete temas, entre ellos, lujo y bienestar; cada uno tiene su propio diseño.
La “plaza central” está decorada con árboles reales y dentro hay un gran reloj de diseño, creado por el artista Maarten Baas, que aparenta tener en su interior a un trabajador que mueve las manecillas. El área familiar incorpora un gran avión de juguete, donde los niños pueden trepar y meterse. En el lounge hay una sección con piso transparente, que permite ver el paso del equipaje por las bandas transportadoras.
Las instalaciones del aeropuerto también incluyen máquinas automáticas de masaje, un spa con servicio exprés y un casino. Hay lugares designados para las madres que buscan silencio para sus bebés, con cabinas de siesta. Si deseas un momento de tranquilidad, se abrió un centro espiritual para meditar o rezar. Es interreligioso y cuenta con una librería propia.
Un hotel para tu mejor amigo
Schiphol es la sede oficial de KLM. Esta compañía, en colaboración con Air France y Martinair Cargo, opera un hotel para mascotas en el aeropuerto.
El Animal Hotel fue el primer alojamiento de este tipo organizado por una aerolínea. Ahí son automáticamente hospedados todos los animales cuyo vuelo pasa por Ámsterdam y su tiempo de conexión es, mínimo, de dos horas.
No importa qué tan exótica sea la especie: aceptan desde perros y gatos, hasta reptiles o depredadores tan grandes como un tigre, que vuelan en avión por razones especiales.
En el hotel —que permanece abierto las 24 horas— tu mascota recibe agua y comida. Y antes de volver al avión, lo llevan a dar un paseo por la terminal. El personal recibe entrenamiento antes de trabajar ahí, y cada año acuden a cursos de actualización. Por si es necesario, se cuenta con la presencia de veterinarios.