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viridiana.ramirez@eluniversal.com.mx
Cuando toca, toca y no hay poder humano o divino que detenga nuestro periodo menstrual. Para la mayoría, esos días no son los más placenteros del mes, peor si los tenemos que vivir cuando estamos de viaje. Pero, como si se tratara de un milagro, en la actualidad es posible interrumpir el ciclo sin que afecte nuestro organismo, siempre y cuando lo planees y supervises con tu médico.
Deny Welsh, ginecóloga y sexóloga, nos dice que no es malo modificar las fechas, si no ignorar cuál es el método indicado de acuerdo a nuestras condiciones de salud.
El tiempo es otro factor, la especialista recomienda planearlo un mes previo al viaje y no —como muchas pensaríamos— poco antes del primer día de sangrado.
El método más común es utilizar sustitutos hormonales, es decir, pastillas anticonceptivas. Lo correcto es ingerir solo la carga hormonal, pero ¿cómo identificarla?
La presentación varía según la marca, en un empaque puede haber comprimidos de dos colores (21 blancas blancas y siete cafés), en este caso se deben tomar solo las blancas. Deberás comprar las cajas necesarias para no suspender la ingesta de carga hormonal. Después del viaje, terminas el resto de las pastillas, ahora sí, deberás incluir las cafés hasta cubrir el ciclo de 30 días.
Otra presentación son los empaques de 21 pastillas. Cuando se terminan, se hace un receso de siete días para que inicie el periodo menstrual. En este caso, no se deben tomar en cuenta los días de descanso, sino iniciar inmediatamente una nueva ingesta. Se debe terminar el ciclo aunque hayas regresado de viaje. El sangrado se presentará en el segundo o tercer día de suspensión.
Otro método es el implante subdérmico utilizado frecuentemente por deportistas. Su alta carga hormonal suspende completamente el ciclo. Tiene una duración de tres años, pero puedes retirarlo en cualquier momento. En forma y tamaño es igual a un cerillo y se coloca en el antebrazo. El precio oscila entre los cuatro mil y seis mil pesos. “Quitemos la idea de que no tener periodos menstruales puede provocar cáncer u otras afectaciones al organismo”, dice Deny Welsh. Por eso recomienda consultar al ginecólogo para encontrar el mejor método.
La copa menstrual, tu mejor aliada
Mucho se habla de su eficacia y sobre todo higiene. Nuestra experta dice que la copa menstrual es la mejor protección que puede existir. Están hechas de silicón y, según la marca, pueden durar de tres a 10 años.
La gran diferencia que existe con las toallas femeninas es que el material con que están fabricadas no provoca dermatitis, infecciones vaginales y el síndrome de shock tóxico que causan específicamente los tampones.
Son amigables con el ambiente y hay un tamaño ideal para cada mujer, dependiendo del flujo, complexión o si ha tenido partos vaginales.
La copa menstrual brinda protección de cuatro a 12 horas, según la cantidad de flujo. Cuando se vacía, solo se enjuaga y se vuelve a colocar sin dolor, ni riesgo de que el cuerpo la expulse. Al finalizar el día, se debe lavar con agua y jabón íntimo o para juguetes sexuales. Su precio oscila entre los 290 y 500 pesos.
Tampones, la última opción
Si de plano no puedes aplazar tu ciclo menstrual o te llegó por sorpresa justo durante tu viaje en la playa, la mejor opción será utilizar tampones, ya que son más discretos.
Nadie quiere perderse de un chapuzón en la alberca o jugar con las olas del mar, aunque eso signifique estar saliendo cada media hora del agua para hacer un cambio. Ese es el tiempo que recomienda la ginecóloga para estar más tranquilas y evitar un “accidente”.