Es un destino evocador y fascinante por su larga historia en más de millón y medio de kilómetros cuadrados. Irán fue conocido como Persia en Occidente hasta 1935 y es una nación con cerca de 80 millones de personas, de etnias muy dispares, ubicada en Oriente medio y Asia occidental.
Lo que aconsejan los expertos viajeros como elrincondesele.com o el bloguero Paco Nadal, de El País, es que hay que alejarse de los prejuicios.
El primero indica en su web que “es un país tan seguro que puedes ir caminando en solitario a cualquier parte, incluso de noche”. También dice que ha cambiado mucho su política de visados y que se pueden obtener al llegar al aeropuerto, siempre que se tenga un boleto de vuelta.
Paco Nadal aclara que no existe posibilidad de utilizar tarjetas de crédito y es necesario llevar dólares o euros, ampliamente aceptados en las casas de cambio que están en las ciudades más importantes del país.
Sus autobuses funcionan bien y son baratos. Los hoteles, aunque tienen páginas de internet muy básicas, se pueden reservar desde cualquier punto. Eso sí, habrá que pagar la estancia al llegar, en dinero contante y sonante.
En Irán rige el código islámico de vestimenta, también para visitantes. La mujer debe llevar cubierta la cabeza en lugares públicos, pero sin excesos, basta con un pañuelo.
Destinos destacados
La capital de Irán, Teherán, o las antiguos centros de Chiraz e Isfahán, ambas un oasis en medio del desierto, son tres de los lugares imprescindibles en un viaje que nos muestra la realidad de hoy y los vestigios de su cultura ancestral.
La ciudad universitaria de Chiraz, a unos 900 kilómetros al sur de Teherán, es también el punto de partida para visitar restos arqueológicos tan relevantes como los de Persépolis, a 50 kilómetros de allí. Se precisa de cierta imaginación para hacerse una idea de la majestuosidad de lo que fue aquella urbe, destruida por Alejandro Magno en el 331 a.C. Sus ruinas permanecieron ocultas hasta los años treinta del siglo pasado.
El lugar fue declarado en 1973 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y Persépolis se convirtió en el símbolo del imperio persa.
Más cerca de Teherán se levanta Isfahán, dos veces capital del imperio, que atesora algunos monumentos bellísimos, sobre todo mezquitas, como la Gran Mezquita o la de Shah.
Isfahán se sitúa en una llanura a orillas del río Zayandeh y está llena de bulevares arbolados, amplias avenidas y bellísimas plazas, palacios, mezquitas y jardines. Es la tercera ciudad más poblada del país y su principal destino turístico.
En la ciudad de Isfahán, admira los azulejos, los bazares y la vida de algunos barrios.
A la hora de comprar, está prohibida la exportación de antigüedades, sobre todo alfombras. Asegúrate de que puedan sacarse del país.
Teherán, la capital iraní, es caótica, mal planificada, pero con un encanto de su gente y sus edificios históricos que te sorprenderán. Destacan la mezquita de Sepahsalar y los museos Arqueológico (el mejor del país) y el de Alfombras.
Irán también tiene muchos kilómetros de costa, tanto en el litoral del mar Caspio, como en el golfo de Omán y en el golfo Pérsico.
En cuanto a naturaleza, destaca el Valle de las Estrellas, en la isla de Qeshm, por sus caprichosas formas labradas por la erosión, y también por sus famosos manglares.
A tener en cuenta
Está rigurosamente prohibido el consumo de alcohol y, peor aún, el consumo o tráfico de drogas. Desde las diferentes embajadas de esta nación advierten que “tanto el tráfico como el consumo están castigados con fuertes penas. En Irán se aplica la pena de muerte para los delitos graves relacionados con el narcotráfico”.
Según indican “se recomienda el estricto respeto a las normas sociales impuestas por el código islámico vigente en el país. La homosexualidad, el adulterio o las relaciones sexuales entre hombres no musulmanes con mujeres musulmanas están prohibidos”.
Hacer foto de instalaciones militares o gubernamentales, incluidos los aeropuertos, es ilegal.
Presta atención a la indumentaria en lugares de culto y festividades religiosas, especialmente en los meses de Ramadán o de Muharram.