samantha.guzman@clabsa.com.mx

La selva es para valientes. Para comprobarlo, basta imaginar tu primera noche bajo su cobijo. El momento en que apagas la luz de tu cabaña y al asomarte por la ventana, notas que no hay otra fuente de iluminación a kilómetros. El sonido de los insectos parece intensificarse. Algunos de ellos se atreven a merodear en tu dormitorio. Casi puedes distinguir rostros maliciosos en los árboles, cual Blancanieves en el bosque. Pero una vez que te acostumbras, logras apreciar la oscuridad del cielo y el aullido lejano de los monos. Como si no necesitaras más.

Para las comunidades lacandonas de origen maya, esta es su vida diaria. Ellos se encuentran inmersos en la naturaleza. No necesitan lujos, hablan su propia lengua y se apegan a las costumbres de sus antepasados.

Las localidades se ubican en las orillas de la Reserva de la Biósfera de Montes Azules, en Chiapas. A ésta corresponde gran parte de la Selva Lacandona. Es tan diversa que puede compararse con la región del Amazonas. Tiene más especies de plantas que los estados del norte juntos y 341 especies de aves habitan en ella. Su vegetación predominante, llamada “selva alta perennifolia”, se considera una de las comunidades vegetales más complejas del mundo. Resguarda animales como el jaguar y la guacamaya roja.

No viven aislados. Orgullosos de su hogar, han instalado una serie de campamentos donde los visitantes experimentan su forma de vida. Todos son atendidos por familias locales. El alojamiento se asemeja bastante a sus propias casas.

No esperes menú de almohadas e internet de alta velocidad, pero sí sonrisas sinceras y el canto de los pájaros al despertar.

Existen más de 15 campamentos. La mayoría pertenece a la comunidad de Lacanjá Chansayab, a dos horas y media del Pueblo Mágico de Palenque. Ofrecen recorridos muy similares entre sí, pero tienen sus rasgos característicos. Seleccionamos cinco de ellos y, por cada uno, sugerimos una actividad que puedes realizar en la zona.

Campamento Río Lacanjá
Es uno de los que cuentan con mayor infraestructura: fue el primero en instalar una planta de tratamiento de aguas residuales y tiene sistema de ahorro de energía. Es posible elegir qué tan “al natural” quieres dormir, pues algunas de las cabañas están menos adentradas en la selva y unas pocas tienen terraza con hamaca. Como en todos los campamentos, hay un comedor comunitario. En el suyo se preparan platillos cocinados a la leña.
Es un punto de referencia para llegar a otros campamentos muy cercanos, pues lleva el mismo nombre que la comunidad y de una zona arqueológica.
Precio por alojamiento: desde 540 para dos personas, por noche.
Tel. 01 800 397 5072

El tour: Río Lacanjá es uno de los tres alojamientos que ofrecen excursiones en rafting; los otros son Top Ché y Campamento Lacandones. El descenso se lleva a cabo en el río Lacanjá. En las dos horas de trayecto, la balsa se desliza por saltos de agua que alcanzan casi tres metros de altura. La aventura es muy accesible, pues el río no tiene fuertes rápidos. Eso sí, las vistas panorámicas están garantizadas.
De regreso, visitas la zona arqueológica homónima. Su principal atractivo radica en que luce como si nunca hubiera sido explorada: para llegar hay que caminar entre la vegetación, ya que no hay carretera o senderos señalizados.

Campamento Top Ché
Ubicado a dos kilómetros del Campamento Río Lacanjá. En sus cabañas predomina la madera y los techos de palma.
Su atractivo más famoso son las cenas. ¿La razón? Las pláticas de don Enrique Chan Kin, el jefe del clan. Cada noche él se reúne con los visitantes en los asientos hechos de tronco del comedor, y les cuenta la historia de su vida, su familia y las costumbres de la comunidad. Cabe mencionar que en la cocina de los alojamientos normalmente encuentras comida corrida o alimentos tan internacionales como las papas a la francesa. Pero en algunos sitios, entre ellos Top Ché, está la opción de probar lo tradicional, como un tamal que tiene el tamaño de un pollo entero y puede comerse entre seis personas.
Desde este campamento también parten los recorridos de rafting.
Precio por alojamiento: desde 600 pesos en un ecolodge con cuatro habitaciones, por noche.

El tour: en esta zona abundan los ríos y lagos. Cada tantos metros puedes encontrar un buen sitio para nadar. La cascada Las Golondrinas es uno de los más conocidos; consta de varios saltos de agua que forman piscinas color esmeralda. Para apreciar el color evita la temporada de lluvias, en julio y agosto, porque el agua se vuelve turbia. Si prefieres un paseo tranquilo en canoa, está la laguna Lacanjá. La excursión de ida y vuelta toma un día.

Campamento Lacandones
Se localiza a dos kilómetros del Campamento Río Lacanjá. Es otro de los sitios que ofrecen tours de rafting. Cuenta con más servicios dentro de sus habitaciones: hay internet, y una de ellas posee aire acondicionado y frigobar. Todas incluyen una terraza con hamaca. Aunque están más amuebladas, conservan ciertos elementos típicos, como los techos de palma.
Precio por alojamiento: desde 400 pesos por noche en una cabaña sencilla, para una o dos personas.

El tour: desde los alojamientos pueden iniciar los tours hacia los principales sitios arqueológicos que se ocultan en la jungla. Llegar a Bonampak toma 40 minutos, a través de una carretera de terracería. Su mayor atracción son las pinturas murales de su Edificio 1, que narran una victoria ganada por Chan Muwan II, el último gobernante de la antigua ciudad. El nombre de la zona significa “muros pintados”.
A 40 minutos de Lacanjá Chansayab, está Frontera Corozal, el poblado desde donde parten las lanchas hacia Yaxchilán. Se dice que fue una de las urbes más importantes que se conformaron cerca del río Usumacinta, e incluso tuvo control sobre Bonampak. Contiene numerosas estructuras, pero la más llamativa es el Edificio 33, en la Gran Acrópolis.

Campamento Yatoch Barum
Se encuentra a menos de un kilómetro de Top Ché. Al igual que este último, cuenta con certificación de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, por sus prácticas sustentables.
Las instalaciones son ideales para grupos de amigos o familias grandes. En sus cabañas hay espacio hasta para 14 personas.
Precio por alojamiento: desde 450 pesos por persona y por noche, en una cabaña doble.

El tour: puedes participar en una ceremonia de limpia dirigida por un chamán. Se realiza al aire libre. El lacandón enciende copal y con humo busca purificar el alma. También agita ramas de palma mientras pide salud a los dioses. En las comunidades hay talleres organizados por las mujeres lacandonas. Enseñan a los visitantes a elaborar atrapasueños, pulseras y collares con semillas naturales. También se hacen versiones decorativas de las flechas que en el pasado se utilizaban para cazar.

Campamento Nahá
Queda al norte de la reserva, a dos horas de Palenque, retirado de Lacanjá Chansayab. Este proyecto es poseedor de tres certificaciones, entre ellas un reconocimiento de sustentabilidad y el Distintivo M, que otorga la Secretaría de Turismo por ofrecer servicio de calidad.
Sus cabañitas están construidas con madera, carrizo y piedra. Es uno de los campamentos más grandes; en él trabajan 22 lacandones. Entre las actividades de aventura, ofrece travesías en kayak por los lagos de la zona.
Destaca también por sus talleres de figuras con barro, gastronomía local y creación de arco y flecha, empleando materiales como la cerámica. Durante el proceso, conoces el significado que estas herramientas tienen para ellos.
Además, hay pláticas con el pintor Kyum Maax, quien relata mitos y leyendas lacandones.
El tour: después de un recorrido interpretativo por la selva, participa en una ceremonia tradicional. El ritual se hace para agradecer a los dioses lacandones por la cosecha y pedir bienestar a la comunidad y abundancia. Se prepara una comida a manera de ofrenda, que consta de un tamal especial para las ceremonias, llamado muk’by waj, y balché, una bebida alcohólica hecha a partir de la corteza de un árbol que se fermenta con miel. Al terminar, los asistentes pueden comer los alimentos ofrendados.
Precio por alojamiento: desde 300 pesos en habitación para dos personas, por noche.
Tel. 045 916 1018664

Guía del viajero
Cómo llegar
Palenque es un buen punto de partida para llegar a los campamentos lacandones. Interjet ofrece vuelos redondos, desde mil 538 pesos por persona.
Quién te lleva
SendaSur es una red de ecoturismo que trabaja con varios campamentos, entre ellos Río Lacanjá, Top Ché, Lacandones y Yach Barum. Puedes hacer reservaciones de alojamiento y las  actividades por medio de ellos.
También tienen paquetes de varios días, que incluyen otros atractivos en Chiapas, como Palenque y las Cascadas de Agua Azul. Estas rutas visitan distintos campamentos.
01 967 67 83 909

Cuándo ir
Las actividades al aire libre pueden realizarse durante todo el año. Sin embargo, en época de lluvias (julio y agosto) es común que los ríos rebasen los caminos y el terreno se vuelva más difícil de transitar.

Sobre los lacandones
1. Quiénes son
. Son una etnia de origen maya. El primer documento que los menciona data del siglo XVIII. Se autodenominan “hach winik”, que significa “verdaderos hombres”. Su lengua proviene del maya yucateco. En 2015, había 998 hablantes en México.
2. Actividad. Las comunidades siempre se han ubicado en las cercanías de ríos y lagos. Hoy en día, los lacandones, en su mayoría, se dedican al cultivo, la venta de artesanías y la actividad turística, pues muchos de ellos hablan también español.
3. Creencias. Los lacandones consideran a Hachakyum, o “nuestro verdadero señor”, su creador. Sukukyum, “señor del inframundo”, es otro de sus principales dioses. Sus deidades supremas habitan en las grandes zonas arqueológicas.
4. Hogares. En una familia, el hombre de mayor edad es la figura de autoridad. Sus hogares son chozas de forma redonda o rectangular. Como mínimo, poseen dos construcciones: un dormitorio y cocina. En la actualidad pueden construirse con materiales como madera y lámina.
5. Territorio. La Reserva de la Biósfera de Montes Azules, en Chiapas, abarca gran parte de la selva lacandona. Es una zona en protección desde 1978, bajo la administración de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
Fuente: Eroza Solana, Enrique; Lacandones; José Enrique Eroza; Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, 2006.

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