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En el mundo hay más de dos mil 540 jardines botánicos y nuestro país contribuye con 51, al menos eso nos dice la Asociación Mexicana de Jardines Botánicos. Estos pulmones verdes, a veces poco frecuentados, son espacios dedicados a conservar especies de flores y plantas en peligro de extinción, otros se han convertido en verdaderas obras de arte.

Por eso, te dejamos una lista de cinco jardines mexicanos en los que no solo admirarás hojitas, también podrás tener una noche romántica con velas y vino tinto.

Jardín Cosmovitral de Toluca

Un antiguo mercado resguarda especies en peligro de extinción, como el “árbol de manitas”; su flor de cinco pétalos en forma de mano es tan frágil que solo hay cuatro ejemplares en México.

También cohabitan otras variedades provenientes de Centroamérica, África y Asia. Verás azucenas, rosas y el tulipero de China.

El espacio fue decorado con 71 vitrales que simbolizan la dualidad del hombre y el cosmos. La obra es de Leopoldo Flores y 60 artesanos que unieron más de 500 mil piezas de vidrio europeo y asiático. El vitral más conocido es El Hombre Sol: en los equinoccios de primavera y otoño se ilumina en tonos rojizos, como si estuviera ardiendo en llamas. Entrada: 10 pesos. En Benito Juárez y Sebastián Lerdo, Centro.

Jardines de México, Morelos

Es el parque floral más grande del mundo y se encuentra en Jojutla, muy cerca del lago de Tequesquitengo. Está integrado por siete jardines que evocan varios ambientes: el del trópico, el Renacimiento italiano, los exóticos aires de Japón o la gran diversidad de cactáceas mexicanas.

Otra atracción es el Laberinto de los Sentidos; el objetivo no es perderse, sino descubrir a través de paredes, túneles y barreras verdes, esculturas de afamados artistas, como Fernando Botero.

Aquí también encontrarás una ceiba de 18 metros de altura y senderos aromatizados de forma natural por las 193 millones de flores que se producen al año. Entrada: 275 pesos para adultos y 225 pesos para niños.

Jardín Etnobotánico de Oaxaca

Desde 1998, cientos de platas oaxaqueñas, desde las más cálidas, hasta las más húmedas o selváticas, están reunidas en lo que fuera la antigua huerta de los frailes dominicos que habitaron el exconvento de Santo Domingo, ahora transformado en centro cultural.

Resguarda un invernadero, una biblioteca y un herbario para aprender medicina tradicional. Pero la sección especial es una cueva con semillas de calabaza que tiene más de 10 mil años de antigüedad.

Te podría interesar ver las cícadas, plantas que evolucionaron desde el Jurásico.

Hay talleres para teñir tela con añil y hacer figuras de hojarasca. Entrada: 50 pesos. Abre de lunes a sábado, de 10 a 16 hr.

Jardín Botánico de Chapultepec

Entre el escándalo de los coches y las manifestaciones sobre Paseo de la Reforma, encontramos este santuario natural que nos permite abrazar nuestro árbol favorito en la sección Arboretum. El jardín alberga cerca de 400 especies, entre ellas plantas de humedales, agaves, suculentas y orquídeas.

Para relajarte escóndete en el Jardín Sensorial, donde se aviva el olfato con el aroma de las flores, mismas que puedes tocar mientras cierras los ojos y escuchas el sonido de una fuente.

Una vez al mes, organizan picnics nocturnos. Hay participaciones de DJ y venta de canastas que incluyen: una botella de vino, mantel, velas led, copas de plástico, chapatas, manzanas y chocolates. Su precio es de 320 pesos. También puedes ingresar con alimentos. El siguiente picnic será el 11 de marzo. Entrada gratuita. Abre de martes a domingo, de 10 a 16 horas.

Parque Botánico Wirikuta, Los Cabos

El parque de plantas desérticas más importante de México se encuentra en Puerto Los Cabos, un desarrollo turístico poco conocido. Su creación se debe al apasionado botánico y diseñador de paisaje, el austriaco Joseph Schrott.

A bordo de una bicicleta de estilo vintage, tendrás un panorama de más de mil 500 especies de cactáceas en peligro de extinción traídas de todo el mundo, como la palma de Madagascar y las mamilarias mexicanas.

El diseño del parque emula el centro ceremonial de la cultura huichol. Entre esculturas de Leonora Carrington y Manuel Felguérez se construyeron tres pirámides con dos mil 304 piedras gigantes, ricas en cuarzo y granito. Entrada: 100 pesos. Renta de bicis: 250 pesos.


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