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Mar, selva y montaña: tres elementos que dan paz a este Pueblo Mágico de Riviera Nayarit y te acompañan hasta Haramara Retreat.

Este refugio es para encontrarse con uno mismo y purificar cuerpo y espíritu. Sesiones de yoga, temazcal y clases de cocina orgánica son parte del menú de actividades que se pueden hacer dentro de la propiedad. Pero también se organizan cabalgatas al atardecer, observación de aves y caminatas en el cerro en busca de petroglifos.

Las suites, por sí solas, son un remanso de paz. No hay electricidad, se iluminan con los rayos del sol y las velas. La ducha al aire libre permite escuchar los sonidos de la selva y, desde la terraza, se puede contemplar el océano Pacífico.

Hay que hacerse un espacio para recorrer el centro de Sayulita. Las calles están dominadas por escuelas de surf. Rentar una tabla puede costar 100 pesos la hora. También hay tiendas de diseño. Revolución del Sueño hace cojines y playeras con estampados de Emiliano Zapata, Frida Kahlo y Pancho Villa, estilo “hipster”.

Date un apapacho comprando joyería en la boutique Pachamama. Los diseños son tanto para mujeres como para hombres y están hechos en cuero con perlas negras de Tahití. ¿O qué tal una pulsera huichola de la Galería Tanana?

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