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Sus ocho playas son un imán para viajeros de todas latitudes que desean montar las olas con sus tablas de surf.

La de mejor ambiente es Zicatela. De día, puedes caminar sobre la playa y sentarte en alguna palapa para comer un ceviche o pizza a la leña con chapulines, participar en una clase de surf y recorrer tiendas de ropa y accesorios hippies o alusivos al surf.

El bar más frecuentado es Casa Babylon, por sus mojitos, biblioteca y música en vivo. Otra opción es Kabbalah, para bailar salsa y tomar una cerveza en sus camas de día sobre la arena.

Muy cerca está la Laguna de Manialtepec, que se puede recorrer en lancha y kayak para observar aves, manglares y, en las noches sin luna, el fenómeno de la bioluminiscencia. Precio: desde 300 pesos por persona. www.lalo-ecotours.com

En Puerto Angelito zarpan las embarcaciones para ver delfines y tortugas en libertad.

Si buscas un entorno más privado, entonces reserva uno de los 16 bungalows del Hotel Escondido. Se construyeron frente a una playa virgen rodeada por cactáceas y acantilados.

Los huéspedes nadan junto a la playa, en una alberca de 50 metros de largo, paralela al mar. Tiene club de playa, restaurante y un dance club. También ofrece varias actividades: equitación, yoga y lecciones de surf.

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