Una gigantesca ola de cristal se levanta sobre la ciudad de Hamburgo. Para construirla fueron necesarios mil paneles y como recompensa, se obtuvo un reflejo inigualable de los colores del cielo, el agua del río Elba y el paisaje urbano. El espacio está dedicado a la música y en uno de sus auditorios, dos mil 100 personas disfrutarán de una acústica casi perfecta. Se trata de la Filarmónica del Elba, que inauguró el 11 de enero.
Es la construcción más cara de su tipo en Alemania: costó 789 millones de euros (835 millones de dólares, aproximadamente). El recinto surgió del sentido visionario de Jacques Herzog y Pierre de Meuron, arquitectos suizos, y el prodigioso talento para la acústica del japonés Yasuhisa Toyota.
En noviembre, antes de la inauguración oficial, quedó abierta la plaza pública, terraza del edificio, de 37 metros de altura. Además de dos auditorios, aloja una zona de restaurantes que abarca tres pisos, apartamentos y el Westin Hamburg, un hotel de lujo que ofrece vistas panorámicas de la ciudad.
Las entradas para toda la primera temporada están agotadas. El programa es amplio y pretende cubrir todos los ámbitos y formatos, desde conciertos del circuito clásico hasta jazz, música étnica y vanguardia.
En los seis primeros meses del año pasarán por ahí las batutas de Ken Nagano, Ricardo Mutti, Semyon Bychkov, Simon Rattle, Daniel Barenboim y Gustavo Dudamel. También lo harán solistas como la pianista británica Mitsuko Uchida, la organista Iveta Apkalna, la mezzosoprano Cecilia Bartoli y el tenor Jonas Kaufmann.
De estreno
"Hoy inauguramos una casa que ha sido, a la vez, sueño y pesadilla, desastre y maravilla", afirmó el presidente alemán Joachim Gauck, en su discurso inaugural. Se trató de un proyecto tachado de gigantomaníaco y envuelto en demoras.
El alcalde Olaf Scholz aludió a los obstáculos que sorteó un trabajo que, por momentos, pareció abocado al naufragio.Tomó el cargo desde 2011 y, por tanto, fue encargado de llevar a buen puerto algo que nació en 2002 con un presupuesto de apenas 77 millones de euros (81 millones de dólares).
El concierto inaugural llegó con siete años de retraso sobre lo previsto. Las obras llegaron a quedar paralizadas durante año y medio, desde finales de 2011 a 2013 y el gobierno de la ciudad llevó a su constructora a tribunales, hasta que en 2012 se resolvió el litigio.
El objetivo del alcalde es que la Filarmónica no sea "un mero objeto de lujo", sino un lugar al que cada niño hamburgués pueda asistir.