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Desde los dos años, Pablo Meade posee discapacidad auditiva. Aunque pasó parte de su infancia sin el sentido del oído, a los 11 años recibió un implante coclear, que actualmente le ayuda a hacerlo. El 29 de noviembre, a sus 23, se unió a una expedición que tiene por objetivo escalar la formación más alta del continente africano en siete días.
Reto Kilimanjaro es una travesía compuesta por nueve integrantes, de los cuales tres tienen alguna discapacidad. Es coordinada por la fundación México Incluye, que busca impulsar la participación de estas personas en todos los ámbitos de la sociedad, incluido el turismo, para llevar una vida más plena.
México Incluye surgió hace un año a partir de RENAPRED, asociación que trabaja para fomentar la prevención. De acuerdo con su fundador, Federico Núñez, el concepto de inclusión abarca dos aspectos: el marco jurídico actual y la lucha contra el rechazo, consciente o inconsciente.
Para esto, se planean actividades como el recorrido al Kilimanjaro. Se tiene pensado organizar un viaje así una vez al año; en enero se seleccionará el siguiente reto.
La expedición
Jaime Rofe es otro viajero que forma parte de esta aventura. Tiene discapacidad visual, ya que al nacer fue diagnosticado con cataratas congénitas; estudió una licenciatura en Sistemas Computacionales en el Tec de Monterrey y una maestría en High Performance Coaching por la Universidad de Toronto, la única obtenida por alguien en Latinoamérica. Por su parte, Benjamín Conrado perdió ambas piernas en un accidente a los 15 años, actualmente es padre de familia y tiene un negocio de tapicería.
Su participación en Reto Kilimanjaro se dio a través de patrocinios. Pablo fue apoyado por la empresa Cochlear, que fabrica implantes auditivos, y la fundación Escuchar es lo Máximo.
En el equipo también se encuentra Federico Núñez, así como un médico y un fotógrafo. El guía es Héctor Ponce de León, alpinista que ha alcanzado la cima del Everest en tres ocasiones.
Para cumplir su meta, el grupo se ha preparado durante todo el año en acondicionamiento físico, psicológico y de indumentaria. Realizó excursiones al Nevado de Toluca, el Iztaccíhuatl y La Malinche para acostumbrarse a la altura.
Su viaje comenzó el 29 de noviembre. El recorrido por la montaña está dividido en varias etapas de ascenso; la última de ellas implica aproximadamente ocho horas de trabajo.
Turismo accesible
Nuestro país cuenta con un destino de playa totalmente accesible. Se trata de Cuastecomates, en Jalisco, que posee rutas, instalaciones y servicios para personas con discapacidad.
Federico Núñez asegura que además del beneficio cultural, impulsar el turismo inclusivo puede favorecer la industria. Sin embargo, se encuentra en una fase muy incipiente en México: aún hay muchos hoteles donde no aceptan animales de servicio y hace falta un diseño universal en instalaciones de sitios recreativos que incluya accesos para personas con discapacidad.
Amanda Azpiri, presidenta de Escuchar es lo Máximo, añade que si bien no existe un lenguaje de señas único, hay poca capacitación para comunicarse con personas sordas. Pablo Meade opina que el cambio debe darse primero en la sociedad, en reciprocidad con el Gobierno.
Coinciden en que España, y en especial Barcelona, destaca por este tipo de servicios.
La Oficina de Turismo de Barcelona ofrece un sitio web dedicado al turismo accesible (www.barcelona-access.cat). Muestra las facilidades disponibles en distintas atracciones turísticas de la ciudad, y algunos tips de viaje. También contiene información sobre touroperadoras capacitadas, servicios de transporte y alojamiento. Permite organizar las búsquedas de acuerdo con la discapacidad de cada persona.