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Es el momento de ir a verlos. Algunos llegan volando y otros nadando a través de las aguas revoltosas del Pacífico. Son viajeros que vienen desde sitios lejanos para vivir en Michoacán durante una temporada. Nos referimos a las grandes migraciones de pelícanos borregones, mariposas monarcas y tortugas marinas. Alista la maleta, que nosotros te decimos dónde los puedes encontrar.

Los de plumas blancas

De octubre a marzo, cerca de 10 mil pelícanos borregones viajan desde la región de los Grandes Lagos de Estados Unidos, en busca de alimento —mojarras, truchas y charales— en las ricas aguas de Petatán, una isla del Lago de Chapala. Su blanco plumaje y gran pico amarillo atraen la mirada de fotógrafos que desean capturar el momento en que despliegan las alas y muestran esa envergadura de casi tres metros.

La tarde es el mejor momento para observarlos, cuando se amontonan en la ribera del lago y los turistas pueden caminar entre ellos, sin el temor a recibir picotazos. Los pescadores organizan recorridos en lancha para observar las aves de cerca y alimentarlas con filetes de pescado.

Quién te lleva: Aventureros por Naturaleza. Safari de ida y vuelta, desde 900 pesos por persona. www.aventurerospornaturaleza.com

Nos dan alas

Después de un viaje de cuatro mil kilómetros, las mariposas monarcas vuelven a sus santuarios —que son Patrimonio de la Humanidad— en el Estado de México y Michoacán para quedarse de noviembre a marzo.

El Rosario (municipio de Ocampo), en Michoacán, es el mayor receptor de mariposas que buscan descanso entre los oyameles. La gente local se encarga de su conservación y de acercar a los turistas, a pie o a caballo, a los límites de las zonas núcleo, donde se les ve colgadas en las ramas a manera de racimos para protegerse. En febrero es cuando revolotean por todos lados.

Entrada: 45 pesos.

mariposamonarca.semarnat.gob.mx

Ruta tortuguera

La costa michoacana cubre 213 kilómetros de playas casi intactas que dan protección a tres de las siete especies de tortugas marinas: golfina, laúd (la más grande de todas) y negra (endémica de Michoacán). Entre las playas de Ixtapilla, Colola y La Soledad hay casi 30 campamentos tortugueros donde permiten a los visitantes participar en la liberación de crías o en los patrullajes nocturnos para la observación del desove. La temporada termina en enero. En la zona hay hoteles rústicos y áreas para acampar.

www.visitmichoacan.com.mx

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