Enmarcada por las montañas del Alto Atlas, Marrakech, la antigua capital imperial de la dinastía Almorávide, es una auténtica experiencia sensorial de marcados contrastes: legendaria historia —reflejada en la zona de la Medina (casco antiguo y Patrimonio de la Humanidad)— y modernidad alrededor de la avenida Mohamed VI y los barrios de Hivernage y Geliz.

PARA CONOCER

Jemaa El Fna. Concurrida a toda hora, es la plaza más famosa por su pintoresco ambiente. Desde aquí puedes acceder al bullicioso zoco y acercarte a la Mezquita de Koutoubia.

Tumbas Saadianas. Es de los monumentos más representativos de Marrakech. Las encuentras en el barrio del Kasbah. Fueron construidas a finales del siglo XVI por orden del sultán Ahmad Al Mansur.

Medersa Ben Youssef. Fundada a mediados del siglo XIV, fue en su momento una de las escuelas más importantes del mundo islámico.

Palacio de Bahía. Del siglo XIX, es una de las mejores expresiones de la arquitectura marroquí. Cerca de aquí, se encuentra el Museo Dar Si Said, con una interesante colección de arte y artesanías locales.

Palacio El Badii. Inspirado en la Alhambra de Granada. Aunque quedan solo algunos vestigios, en su época fue uno de los más suntuosos de Marruecos.

Jardines de Menara y Majorelle. A pesar de que los primeros son los más emblemáticos de la ciudad (y demasiado turísticos), los segundos (creados por el artista francés Jacques Majorelle) son ideales para darse un relax.

Ouarzazate. Reserva un par de días más para viajar a esta ciudad, que es puerta de entrada al desierto y escenario de numerosas películas hollywoodenses.

PARA DORMIR

La Sultana Marrakech. Céntrico hotel boutique, instalado en cinco clásicos riads, cada uno con estilo propio. El spa es un must. Buena gastronomía. Ideal en plan romántico. 403 Rue de la Kasbah.

PARA COMER

Dar Moha. Cocina marroquí de autor. Fino estilo árabe, en la que fue residencia del diseñador Pierre Balmain. Tradicionales platillos interpretados con el toque del chef Moha Fedal. 81 Rue Dar El Bacha (Medina).

Mes Lalla. Cocina marroquí contemporánea. Chic y refinado. Productos locales y de huerto propio, trabajados con acento francés por la chef Meryem Cherkaoui. Route du Golf Royal, en el Mandarin Oriental Hotel.

Villa des Orangers. Cocina francesa. Romántico y elegante. Bien lograda fusión de sabores franceses y locales. Cava de puros. 6 Rue Sidi Mimoun (Place Ben Tachfine).

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