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Si quiere azul “Celeste”… llévatel@ a Huatulco

Este desarrollo es único en su tipo y está en una de las bahías más bonitas del destino

Celeste en Bahía Conejos. Déjate apapachar por el personal de este complejo residencial. (Foto: Alan Carranza)
13/11/2016 |07:30Viridiana Ramírez |
Redacción El Universal
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HUATULCO.- Celeste es un escondite bien resguardado por los acantilados de Bahía Conejos, una de las tres principales bahías de Huatulco. Por momentos el huésped echa a volar la imaginación y se siente amo y señor de uno de los 21 departamentos de lujo, equipados con dos o tres recámaras, duchas al aire libre y tinas de hidromasaje, cocineta y cuarto de lavado, una terraza con asador, tumbonas y una vista irrepetible al océano Pacífico.

A esta fantasía, debemos sumar que la residencia cuenta con todos los servicios de un hotel: concierge, dos restaurantes, gimnasio, alberca y spa. Pero hay otro plus: si uno lo desea, previo a la llegada, el personal se encarga de “hacer el súper”, surtiendo lo que sea necesario para que no falte nada en casa.

Aquí vamos a interrumpir el sueño guajiro. Esa propiedad tiene dueño; mejor dicho, son ocho los verdaderos amos de la residencia, misma que adquirieron bajo el modelo de propiedad fraccional.

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A diferencia de los tiempos compartidos, una propiedad fraccional es un bien raíz con escrituras, el cual puedes vender, heredar o rentar, como en el caso de Celeste. Cuando los dueños no ocupan su residencia, entonces la rentan y los turistas pueden disfrutar de ella.

Servicio cinco estrellas

Propietarios y huéspedes son apapachados por el personal del complejo residencial. Éste puede organizar recorridos por las bahías de Huatulco, conseguir una maestra de yoga y hasta organizar una cena frente a la playa o en cualquier otro rincón de la propiedad que el huésped quiera.

El complejo fue creado por el despacho de arquitectos que diseñó los exclusivos hoteles Ventanas al Paraíso y One & Only Palmilla, ambos en Los Cabos.

Celeste cuenta con dos restaurantes: en La Terraza se sirven comidas a la carta, mientras que Pur, es ideal para una cena romántica o un desayuno con sabores oaxaqueños.

Otro punto a favor de esta propiedad es la playa, casi privada, de Tejoncitos. Con forma de herradura, se convierte en una piscina de aguas esmeraldas y serenas. Se instalan camas de día para protegerse de los intensos rayos del sol.

También hay un spa. Los terapeutas llegan bajo previa reservación.