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viridiana.ramirez@eluniversal.com.mx
Así es. Este trago que tiene como mejor amigo el frío y como enemigo el calor, es venerado en todo el mundo. Hoy, 19 de junio, es Día Mundial del Martini. Para unirnos al festejo, presentamos cinco bares donde el trago es tratado con elegancia y mucho respeto, como dicta la tradición.
Fifty Mils
Micca Rousseau —reconocido hace un mes como el mejor bartender de México— es dueño de esta barra. Dieciséis años de experiencia le han enseñado que no cualquiera puede hacer un martini: es un trago delicado que debe tener el balance perfecto entre temperatura y dilución para no convertirlo en un impacto de alcohol.
El menú de tragos incluye los clásicos, pero con su reinterpretación, y los de creación propia. Aquí entra el Blooming martini: en vodka Ciroc se sumerge una flor de té de jazmín que muere en cuanto el trago se termina.
Este martini se puede acompañar con una tlayuda de ceviche de atún, todo en medio del relajado jardín del hotel Four Seasons.
Paseo de la Reforma 500. Abierto todos los días de una de la tarde a dos de la mañana.
Bang Bang
El rojo neón y una sala para fumadores inspirada en una escena de la película 2001: Odisea del espacio, de Stanley Kubrick, nos teletransporta a las visiones futuristas de los setenta. Estos son terrenos de Martín Arvallo, bartender que preparó tragos para la mafia italiana y ha dedicado su vida a perfeccionar los cocteles clásicos, como el martini Gimlet.
De su refrigerador toma una de las 40 ginebras y la mezcla con un concentrado de cítricos que el mismo prepara y macera durante toda una noche. Así obtiene un martini seco con sabor a lima. Para acompañarlo ofrece un carpaccio de res. Prepárate porque Bang Bang no es un antro, sino un espacio para beber mientras la consola de vinilos no deja de sonar.
Álvaro Obregón 153-A. Horario: martes a sábado a partir de las 18 horas.
Licorería Limantour
Ocupa el número 20 dentro de los 50 mejores bares del mundo y su nombre es una mofa al secretario de Hacienda José Yves Limantour que implementó el impuesto sobre el alcohol, durante el porfiriato. Aunque sus cocteles siempre son un juego constante de ingredientes, respeta los tragos clásicos, como el martini extra seco, con sus respectivas aceitunas verdes que le dan un toque de sofisticación —el bartender Óscar nos dijo que eran para darle un ligero sabor salado—.
En la copa ves una mezcla transparente, pero en boca tienes una fiesta frutal que no esconde los 25 mililitros extras de ginebra (un martini clásico siempre lleva 50). Te recomendamos acompañarlo con las paletas de queso brie.
Álvaro Obregón 106. Abre diariamente. Viernes y sábados cierra hasta las dos de la mañana.
Parker & Lenox
Detrás de un restaurante inspirado en un clásico dinner gringo de los setenta, encontramos un bar que recuerda esos sitios donde la gente se reunía para beber durante la Ley Seca de Estados Unidos, llamados speakeasies.
Si vas, es porque te gusta el jazz en vivo y el dirty martini (4) (también hay otros cocteles memorables). A diferencia de su hermano, el martini seco, se mezcla con media onza de salmuera, agua con gran cantidad de sal disuelta que le da un aspecto turbio al trago. Dicen los del bar que combina muy bien con su dip de alcachofa.
Milán 14, en la Zona Rosa. Abierto martes y sábado a partir de las 20 horas, hasta las dos de la mañana.
Blue Lounge
La carta más extensa de martinis está en el bar del hotel Camino Real, instalado sobre un espejo de agua cubierto por un cristal. Son más de 30 variedades que van actualizando cada mes, aunque tienen los consentidos que nunca desaparecen de la carta, como el Mai Tai (5).
Aunque los hombres lo pueden beber, el bartender Rafael Sánchez dice que está inspirado en la mujer, por su mezcla de ginebra hecha con aceites de rosa y pepino. La copa se perfuma con hierbabuena y se decora con una flor amarilla. Se sugiere maridarlo con pastas y pizzas artesanales. Pueden ordenarse en el mismo bar.
Mariano Escobedo 700. Abre a partir de las 16 h.