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Tapices de la década de 1930 y fotos en blanco y negro decoran el Café Budapest. El aroma de una taza de té verde, acompañado de un strudel húngaro, te lleva a un rincón de Europa. Desde la terraza, la panorámica de la colonia Polanco interrumpe la fantasía, pero no deja de ser atractiva.

La hora del té no es “solo para viejitas y puede hacerte viajar en el tiempo”, dice Leticia Sáenz, la primera tea sommelier en nuestro país, donde la cultura de esta bebida está en crecimiento.

Sáenz nos explica cómo disfrutarlo mejor.

Aprende a distinguirlo

Se llama té, únicamente, a la bebida que proviene de la planta Camellia sinensis, cuyo uso inició en China hace cinco mil años. A las otras infusiones, como la manzanilla y la hierbabuena, se le nombra tisana. Hay variedades de té puras (verde, negro, blanco, pu-erh y oolong), de las cuales salen infinidad de mezclas o blends.

El sabor de una infusión pura es más fuerte. Lo mejor es iniciar con un té verde, pues es un poco más ligero, acompañado de un postre.

Puedes atreverte a hacer combinaciones con distintas comidas, como el blanco con fruta, el oolong con mariscos, y el negro con chocolate amargo o cortes de carne.

Ponte exigente

Para que sea muy bueno, debe prepararse con hojas enteras, no molidas. Cada uno tiene una temperatura ideal y tiempo preciso de infusión. Por ejemplo, para el té verde, se recomienda infusionar a 70 grados durante dos minutos. Cuando la hoja se deja más tiempo, no obtienes más beneficios y el sabor se altera.

En la Ciudad de México, Leticia recomienda dos sitios para probar diferentes variedades, preparadas de forma orgánica.

Café Ruta de la Seda

En este local el té está presente hasta en los postres. La mayor parte de sus infusiones son artesanales, procedentes de más de 30 comunidades de México y de países asiáticos. Por cierto, únicamente trabajan con proveedores pequeños.

El menú cambia a lo largo del año. Sirven variedades puras, pero si aún no estás muy familiarizado con el sabor, puedes comenzar con una tisana rooibos de notas dulces y florales, extraída de una planta sudafricana. También hay tés perfumados: el negro Maya contiene cacao.

Pero la estrella es el matcha, un verde molido de Japón, que se emplea en los postres. Lo encuentras en galletas, pan dulce y trufas. Yuny Legorburo, la propietaria, recomienda el pastel Kioto, preparado con matcha y coulis (concentrado) de fresa. La repostería incluye flores caramelizadas y cardamomo.

Aurora 1, esq. Pino. Barrio de Santa Catarina, Coyoacán. Precio por taza: 50 pesos.

caferutadelaseda.com

Café Budapest

Este es un homenaje al Budapest de los años treinta. La dueña, Gabriela Viringer, quiso plasmar la vida de sus padres húngaros. Para ambientarlo, colaboró Alejandro Martínez, director de arte en Nosotros los Nobles. Los libros, música y muebles antiguos te hacen sentir en una película europea clásica. No hay piezas iguales en la vajilla, pues en esa época se usaba “lo que no estuviera roto”.

Sirven 35 tipos de té. Los más pedidos son de sabor frutal, el verde con manzana es uno de ellos. El negro con almendra es otro favorito. Los postres se preparan con recetas de la abuela. La tradición era usar cerezas y otros frutos naturales. Gabriela recomienda la tarta sacher, de Europa central, hecha con chocolate y albaricoque.

Emilio Castelar 149, Polanco. Precio por tetera: 95 pesos. Facebook: Budapest Cafe Cukrászda.

Leticia Sáenz vende su propio té en línea e imparte talleres. leticiasaenz.com

GRANDES PRODUCTORES

China

El té es la bebida nacional. Se cultiva en el sur, suroeste y la región del río Yangtsé.

Japón

Se bebe durante una ceremonia para alcanzar el wabi, un estado único de paz. Se prepara con instrumentos, hábitos y un espacio exclusivos para el ritual.

India

Se cultiva principalmente en tres regiones: Assam, Darjeeling y Nilgiri. Assam es responsable de la mitad de la producción nacional, y Darjeeling es famosa por su té negro.

Sri Lanka

El té es tradición desde el siglo XIX. Su principal producción es el Ceylon.

Taiwan

Junto con China, es productor de la variedad oolong, o té azul. Es de aroma fuerte y se encuentra entre el té negro y el verde.

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