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viridiana.ramirez@eluniversal.com.mx
De madrugada, Crescencio pasaba por el Espinazo del Diablo. Pisaba rocas gigantes y cubiertas de nieve que todo el tiempo lo hacían tropezar. A su alrededor escuchaba los silbidos del viento gélido y la respiración agitada de cuatro personas más que, como él, despertaron a las tres de la mañana para conquistar la cima del Pico de Orizaba, la montaña más alta de México que comparten Veracruz y Puebla.
El montañista guió al grupo por la cara sur del volcán, la ruta más accesible. Para evitar accidentes, aseguró a cada integrante con cuerdas enganchadas a un arnés.
Caminaron a paso lento por cuatro horas más, hasta que el amanecer los sorprendió cuando ya habían ascendido cuatro mil 750 metros. Poco a poco, el sol alumbró los picos altos de otros colosos cercanos: La Malinche, el Popo y al fondo la Sierra Negra, donde se encuentra el Gran Telescopio Milimétrico.
Todos suplicaron una foto. El capricho le significó a Crescencio quitarse los guantes para apretar el obturador de la cámara y terminar con los dedos entumidos. Ese día la temperatura era agradable: de menos 10° C. A veces baja a 18° C, sobre todo en invierno.
Emprendieron de nuevo la caminata. Se perfilaron hacia las zonas más complicadas de todo el trayecto, la Piedra del Arrepentimiento y El Púlpito, debido a que las pendientes están libres de rocas y sin zonas de descanso. Un paso en falso por el terreno liso podría tener como consecuencia una caída dolorosa.
El gran paso
El cansancio se apoderó de uno de los integrantes. En vez de respirar, jadeaba. Su guía no tuvo otra opción que arrastrarlo cuesta arriba hasta el sector donde se encuentran los restos de una avioneta, en la Piedra del Arrepentimiento.
Esa persona no siguió la instrucción principal: dormir bien. Crescencio se lo dijo un día anterior a la expedición, cuando llegaron al refugio de montaña Fausto González.
En el albergue los montañistas se aclimatan a la altura comiendo carbohidratos, hidratándose, pero sobre todo, durmiendo más de ocho horas. Un descanso adecuado es el secreto para atacar cualquier cima.
El contratiempo retrasó al grupo. El guía sabía que podían correr el riesgo de encontrarse con una nube lenticular, la cual se posa en alturas superiores a los cinco mil metros.
Su forma de hongo augura fuertes vientos y una buena nevada que puede durar varios minutos o hasta un par de horas. El fenómeno es motivo para suspender el ascenso, por seguridad.
Habían transcurrido seis horas, hasta que apareció el borde del cráter. El reflejo del sol golpeaba con toda intensidad la superficie blanca que cubre el cono volcánico. Para los expedicionarios fue como una inyección de energía; estaban a pocos pasos de llegar a la cima.
Las lágrimas no se pudieron contener. Incluso Crescencio —que ha subido más de 20 veces— se unió al sentimiento. Un integrante sacó la bandera de Chile. La ondeaba con orgullo a cinco mil 611 metros de altura.
Caminaron por el borde del cráter, solo un tramo de sus casi 500 metros de diámetro. Se tiraron de panza para asomarse en su interior, cubierto por algunos manchones de nieve.
Todo lo que sube tiene que bajar
El grupo emprendió la caminata de regreso. Eso les llevaría dos horas y media. Haber llegado a la cima solo representaba la mitad de la aventura.
Mientras más descendían, los cambios en el paisaje fueron evidentes. Ya casi no pisaban nieve. Luego apareció el camino de rocas y arena que no pudieron apreciar de madrugada.
En la cara norte, los paisajes son otros. Hay dos glaciares: Jamapa, el más grande, y Chichimeco, con su hielo serpenteando entre los riscos.
Pero esta zona no es para novatos en montañismo. Se requiere de muy buena condición física y entrenamiento previo.
En el camino hacia el refugio, Crescencio hizo notar la existencia de los pinos harthegui, los únicos en el planeta que crecen a cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Esta característica atrajo la atención de la NASA. Su estudio continúa para intentar sembrarlos en Marte.
En el refugio se libraron de las cuerdas y de las tres capas de ropa que los protegían del frío. Un auto los esperaba para regresarlos a la ciudad de Orizaba, donde toda su aventura comenzó.
TOMA NOTA
PREVIO A LA SALIDA
Preparación. Un mes antes, intenta subir montañas menores como La Malinche, Ajusco o Nevado de Toluca, sobre todo si vives a nivel del mar. Esto ayudará tu cuerpo para adaptarse mejor a la altura.
Infórmate bien sobre la actividad que vas a realizar: equipo certificado (existen marcas confiables en seguridad como Petzl), temperaturas a las que te podrías enfrentar, dificultad del terreno.
Hidratación y alimentación. Beber agua es un papel importante para un óptimo desempeño. El agua te permite una mejor circulación sanguínea y controlar la temperatura corporal, entre otras cosas. Una semana antes del ascenso aumenta tu consumo habitual de agua. Sigue un régimen de alimentación balanceado, no olvides el consumo de proteína, lípidos y carbohidratos.
Quién te lleva. Investiga la experiencia que tiene tanto la empresa como el guía que te llevará a subir una montaña. No te dejes impresionar por las imágenes que puedan mostrarte en su publicidad. Club Alpino Mexicano y la Asociación Mexicana de Guías de Alta Montaña y Escalada A.C pueden asesorarte. www.clubalpinomexicano.com.mx
DURANTE EL ASCENSO
Descanso. Antes de salir a la montaña, duerme lo mejor que puedas y desayuna algo caliente. Lleva un refrigerio, pueden ser barras energéticas, semillas, chocolates.
No olvides avisarle a tu guía si padeces arritmia, asma, diabetes o cualquier otra enfermedad.
Seguridad. Solicita una explicación sobre técnicas de seguridad, por ejemplo cómo usar el equipo, maniobras de autodetención ante una posible caída, forma de caminar en la montaña.
Hidratación. Haz pausas breves para beber líquidos.
No te calles nada. Por tu seguridad y la de los demás, si detectas una situación anormal o comienzas a sentirte mal, no dudes en avisarle a tu guía.
No te distraigas. Vigila cada uno de tus pasos y movimientos.
Reserva energía para el regreso.
AL TERMINAR
Valora el desgaste de tu cuerpo, sobre todo si vas a manejar para volver a tu destino de origen.
Si los días posteriores de la expedición presentas dolor muscular es porque no te hidrataste correctamente y solo se te quitará haciendo más ejercicio.
Fuente: Club Alpino Mexicano. Tel. 5574 9683 / 5531 1365.
GUÍA DEL VIAJERO
Quién te lleva
Chen Chin Expediciones. Crescencio Sánchez es el único montañista en Veracruz que cuenta con credencial de guía especializado, otorgada por Sectur Federal. Contacto: 045 (272) 148 1256.
Cuánto cuesta
1. Pico de Orizaba: Cuatro mil 600 pesos por persona, la expedición por la cara sur; cinco mil 500 pesos, por el lado norte. Incluye: transporte desde Orizaba, alimentos, equipo de montañismo (ropa térmica, gorros y botas) y seguro de gastos médicos.
2. Sótano del Popocatl: 980 pesos por persona. Incluye transportación y alimentos.
3. Atoyac: 700 pesos por persona. Transporte y desayuno incluidos.
4. Piedra del Águila: 550 pesos por persona.
En línea
Facebook: Chen Chin Expediciones.