El perfil del turista regional caminará hacia una transformación cada vez más rápida en este sentido en los próximos trimestres. El objetivo es seguir viajando, pero con el presupuesto ajustado a la realidad.
La década de 2005 a 2015 fue dorada para los turistas latinoamericanos. El número de viajeros dentro de su país, en la región o a Estados Unidos y Europa se multiplicó varias veces. El crecimiento económico, el aumento de conexiones aéreas y una mejor oferta de los precios en los boletos de avión generó un cambio en la percepción del turismo que pasó de ser un lujo a un hábito en las emergentes clases medias.
Brasileños, peruanos, colombianos o mexicanos eran considerados como clientes VIP en Europa o Miami. Gastaban muchos en ocio y en compras. Han sido años de vino y rosas que, sin embargo, llegaron a su fin por la caída de la mayoría de las monedas frente al dólar y, en menor medida, frente al euro. ¿Estamos ante una caída del número de viajeros?
La experiencia en otros mercados, como el de Europa o Estados Unidos, dice que no. El número de viajeros suele aguantar bien las crisis, aunque el perfil de consumo cambiará. De viajar como “nuevo ricos” sin reparar en gastos, se pasará a viajero “cuidadoso” o de low cost. Con crisis se viaja igual, pero se mira el coste más que nunca.
El perfil del turista regional caminará hacia una transformación cada vez más rápida en este sentido en los próximos trimestres. El objetivo es seguir viajando, pero con el presupuesto ajustado a la realidad.
Así se ahorra un poco
1. Viajeros pegados al celular. Los smartphones pueden ser un gran aliado tanto por su utilidad como por el potencial para ahorrar dinero. Plataformas como Uptodown ofrecen apps que sirven de guías de viajes (gratuitas), para localizar señales wifi gratis, o para comparar precios. Información es poder, y poder es ahorro.
2. Preparación 100% online. La crisis ha aniquilado la mayor parte de agencias de viajes físicas en Europa, donde el negocio se mueve online al ofrecer mejores servicios y precios más competitivos. Los metabuscadores como Trabber.com o Kayak ofrecen comparaciones de precios para encontrar la mejor opción en cada viaje.
3. Cazadores de ofertas. Es un nuevo perfil, muy común en Europa, por el cual el destino se decide en base a las ofertas en un momento y no al revés. Tradicionalmente se seleccionaba un destino y luego se comparaban precios. Algunas herramientas ofrecen esta información en todo momento como Trabber que permite consultar en tiempo real las ofertas más baratas para viajar, sin destino prefijado desde una ciudad. (www.trabber.mx/ofertas).
4. Auge del turismo colaborativo. Plataformas como Airbnb o Blablacar (con la que se puede viajar por todo el continente compartiendo automóvil privado a precios muy bajos) permitirán conocer más destinos por menos dinero. En Europa funcionan muy bien y son seguros.
5. Cuidadosos con las compras. Solo una pequeña parte de los viajeros pedía la devolución de sus impuestos en las épocas de vacas gordas. Pero el aumento del valor del dólar y el euro hace que ahora más que nunca merezca la pena informarse qué ciudades en el extranjero ofrecen la posibilidad de recuperar el IVA. La mayor parte de los países de Europa ofrecen entre 10 y 15% de devolución en las compras.