1. Panamericana: la más extensa... por el momento

La ruta más larga es la que cruza las Américas de un extremo al otro, entre Tierra del Fuego y Alaska. Se trata en realidad de dos rutas ya que no se puede completar únicamente por tierra: hay que embarcarse entre Colombia y Panamá, que no tienen conexiones terrestres. Aun así, la Panamericana atraviesa la mayoría de los Estados del hemisferio (Brasil es el gran ausente, pero no el único) y necesita que quienes la transitan ajusten sus relojes varias veces durante el viaje. Según las distintas opciones de recorrido su alcance total varía desde los 25 hasta los casi 50 mil kilómetros, con puntos extremos que van de Prudhoe Bay (en el norte) a Ushuaia (en el sur).

2. Cachemira: la más alta

El Abra del Acay, en Salta, es el punto más alto de una ruta nacional en la Argentina: casí 5 mil metros, transitados por la emblemática Ruta 40. Le faltan todavía varios cientos de metros para alcanzar a la más alta del mundo, que se encuentra en Cachemira, una región del norte de la India disputada con Pakistán. El paso de Khardung está en el Himalaya y según el servicio de vialidad de la India se encuentra a 5 mil 602 metros. Los GPS lo dan sin embargo a solamente 5 mil 360. Los pocos aventureros que se atreven a cruzarlo en auto deben hacerlo con mucha precausión por el clima hostil y con mucho tiempo, ya que a esa altura los motores no funcionan a pleno régimen. Es la ruta (no nacional) más alta del mundo. En el Tíbet, sin embargo, reclaman el título de camino más alto por uno que supera los 5 mil 500 metros: allá arriba, si no hay aire suficiente para los motores, ¿tampoco lo hay para empezar a discutir?

3. Antártida: la gran autopista de hielo

Siempre rectilínea, lisa y sin alteración a lo largo del año. Parece la ruta ideal para llegar rápido a destino. La llamada Autopista del Polo Sur o Carretera McMurdo tiene un largo de casí mil 600 kilómetros y cruza el continente antártico, desde la base McMurdo en la costa hasta la de Amundsen-Scott, en el Polo Sur geográfico. Es la ruta perfecta, pero también la más monótona: el paisaje (cuando se ve) es constante y uniformemente blanco. Sin embargo, resulta vital para la red de estaciones científicas del contintente blanco. Fue construida entre 2003 y 2006, nivelando capas de nieve y de hielo. Sólo se puede utilizar durante un par de meses al año para llevar equipamientos y mantener un cable de fibra óptica que comunica la base del Polo Sur con la franco-italiana Concordia.

4. La Paz-Coroico: la más peligrosa

Su nombre era Ruta de las Yungas, pero se hizo más famosa como Ruta de la Muerte. Recorre menos de 70 kilómetros entre la capital boliviana y el pueblito de Coroico. Se ha presentado en varias ocasiones como la ruta más peligrosa del mundo y ha sido tema de varios documentales. Su saldo es lúgubre, con numerosos muertos cada año, que llegaron a ser miles en las peores épocas. La cantidad de crucecitas atestigua parte de esta hecatombe causada por las lluvias, la niebla y, sobre todo, el trazado: una pista de ripio cavada en el flanco de montañas vertiginosas. A pesar de su terrible reputación, la ruta atrae a muchos visitantes, que sin embargo tienen la posibilidad de evitar desde hace algunos años las partes más peligrosas del recorrido gracias a puentes y túneles que forman una vía alternativa más segura, mientras el trazado tradicional sigue siendo muy usado por ciclistas.

5. París-Nueva York: la más larga... algún día

No, no existe todavía. Pero hace unos meses el presidente de los ferrocarriles rusos, Vladimir Iakunin, se hizo famoso en todo el mundo cuando presentó su megaproyecto de una sola ruta para unir tres continentes y poder manejar desde París hasta Nueva York. Si algún día la ruta se construye (la travesía de Siberia presenta desafíos titánicos y hace falta construir un puente o túnel de casi 100 kilómetros para cruzar el Estrecho de Bering) el recorrido superaría los 20 mil kilómetros. El viaje duraría más de una semana, sin hacer ninguna parada, a una velocidad promedio de 100 km/h. El proyecto, llamado Trans-Eurasian Belt Devolpment, prevé la construcción de una ruta y una vía de ferrocarril en paralelo. Si se pone en marcha será la obra del siglo y pondrá a Rusia en el centro del mundo.

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