La Catedral Metropolitana de México no solo abre sus puertas para cobijar rezos y plegarias de los feligreses, también lo hace para mostrar al mundo su riqueza arquitectónica y artística que resguarda tras una elegante fachada barroca.

Dice la historia que empezó a construirse desde la época de Hernán Cortés, aunque no sobre las calles de República de Guatemala y Constitución donde está ahora. Todo comenzó dentro de Palacio Nacional. En la casa de aquel conquistador se colocó la primera piedra en 1524.

Pero aquel templo primitivo se convertiría, en 1571, en uno de los grandes monumentos virreinales de la Nueva España. Varios estilos arquitectónicos se mezclaron en su edificación: herreriano, gótico, barroco, churrigueresco y neoclásico. Quizá por eso vio pasar diferentes arquitectos hasta verse terminada en 1813.

Gerónimo de Balbás y Manuel Tolsá fueron sus arquitectos más importantes. En fachada e interiores dejaron su huella expresada en los estilos barroco y neoclásico. Decoraron con columnas salomónicas relieves de mármol puro, hojas de vid, ángeles, arcángeles, santos y llaves.

Las columnas del campanario son de Juan Serrano, Juan Lozano y José Damián de Castro. Por 15 pesos se puede hacer una visita guiada para conocer las 56 campanas de bronce y estaño. Entre ellas figura la “Campana Castigada”, a la cual se le retiró el badajo por “empujar” al vacío a uno de los campaneros.

Visita guiada

Rec Recorridos Culturales te lleva a conocer otros tesoros de la Catedral, como las ventanas arqueológicas en la entrada principal. A través de pisos de cristal se aprecian las antiguas escalinatas de cemento con incrustaciones de talavera que conducían al templo.

Al interior se recorren las 16 capillas con sus reliquias donadas por el Vaticano. San Ramón Nonato te cuida de las envidias y chismes, a cambio de un listón rojo amarrado a los candados que custodian su capilla. También está el Señor del Veneno, el llamado Cristo Negro. Después de la Virgen de Guadalupe es la segunda imagen con más devotos dentro de la Catedral.

Los órganos monumentales están fabricados en maderas preciosas y en ocasiones los presentes tienen la fortuna de escuchar el Evangelio musicalizado, a la luz de las veladoras.

Echa un vistazo a La Sacristía, revestida de arte sacro, con pinturas de Juan Correa y Cristóbal de Villalpando, que cuentan pasajes bíblicos.

Ubicación: Plaza de la Constitución s/n, Centro Histórico. Abre de 8 a 20 horas.

Visita guiada: 220 pesos por persona. www.recorreydescubre.com

Web: www.catedralmetropolitanademexico.mx

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