Un país que bate récord de visitantes con una oferta hotelera insuficiente y una ley que restringe el alquiler de casas de particulares con fines turísticos: Japón se blinda frente a Airbnb, un negocio que generó el año pasado alrededor mil 980  millones de dólaress en la tercera economía del mundo.

Con el fin de proteger  la industria hotelera y a los vecinos de los inmuebles ante el alboroto que generan quienes están de paso en el país del silencio, el Gobierno nipón acaba de aprobar una restrictiva ley que afecta el alquiler vacacional de viviendas particulares.

La legislación del Ejecutivo japonés obliga a los 'anfitriones' de Airbnb a alquilar sus casas durante una semana, como máximo, y la normativa en algunos municipios añade que se notifique a los vecinos y al cuerpo de bomberos la estancia de los inquilinos y que se guarden sus datos personales durante los tres años posteriores a la visita.

Una estricta legislación que “se irá relajando paulatinamente” debido a la necesidad de alojar a los millones de visitantes que recibe Japón, opinó Koji Tsurumoto, responsable del medio especializado en turismo Travel Voice Japan.

El país asiático recibió casi 20 millones de visitantes en 2015, lo que supuso un aumento de casi 50% respecto al año anterior. Es un impulso buscado por el Gobierno de Tokio, que se enfrenta a una escasa oferta hotelera.

“La industria hotelera no tiene suficiente capacidad para acomodar a los miles de turistas que visitan las grandes ciudades como Tokio u Osaka. Algo nuevo como Airbnb es realmente necesario aquí”, explicó Tsurumoto.

Para el experto, el portal de alquiler de viviendas no está dañando a los hoteles de la tercera economía del mundo: “El turismo está creciendo a tal ritmo que hay mercado para todos”, apuntó.

Pero Airbnb se está enfrentando al escepticismo de muchos nipones en relación a cuestiones más culturales que económicas.

Es habitual leer en los medios locales historias sobre los problemas que generan quienes están de paso en las viviendas, por ejemplo por su desconocimiento del complejo sistema de recogida de basura.

Las cifras de Airbnb ponen  de manifiesto su éxito en Japón. Generó casi 21 mil 791 empleos en el país asiático y ofreció alojamiento a casi 600 mil personas que pernoctaron de media 308 noches y gastaron 169 mil 600 yenes (poco más mil 500 dólares) en su viaje al país asiático.

Unos 5 mil japoneses alquilaron su casa el año pasado a través de este operador online, que oferta inmuebles vacacionales en más de 300 ciudades japonesas, señaló  la plataforma con sede en San Francisco.

En promedio, cada uno de los arrendatarios se embolsó 957 mil yenes (alrededor de 8 mil 600 dólares), mientras que los inquilinos ahorraron 65% respecto a lo que habrían invertido en un hotel tradicional. El 90% recomendarían el alojamiento a sus amigos y familiares, según el portal.

El 90% de los usuarios de Airbnb en Japón aducen que eligieron esta plataforma para “vivir como un japonés”, según un informe publicado por la compañía. Un extremo que comparte Luis Mendoza, un español de 28 años que viajó durante dos semanas por el archipiélago nipón y que califica la plataforma como “una auténtica revolución para el viajero”.

“Poder disfrutar de tu propio apartamento en Kioto, con todos los pequeños detalles de un hogar típico japonés, no solo hace la experiencia más cómoda, sino también más auténtica”, opinó el joven, un usuario asiduo del portal de alquiler de vivienda de vacaciones.

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