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A una semana de la edición 88 de la entrega de los Oscar, el hotel The Peninsula Beverly Hills da a conocer el trabajo tras bambalinas para recibir a las estrellas de Hollywood.

Su personal está listo para lidiar con cualquier problema que tengan los famosos: un equipo de costureras está atenta por si alguno tiene problemas con su elegante vestuario. Mientras que el Chef Concierge, James Little, ha sido el salvador de varios, al prestarles sus mancuernillas o su corbata negra, que ha aparecido en las fotos de siete premiaciones.

Durante los días anteriores llegan valiosos vestidos de diseñador y joyas. En una suite de lujo se hospeda un joyero atento a mantener las costosas piezas en condiciones perfectas, listas para ser usadas en la gala.

Es lógico que la seguridad del hotel aumente. No solo resguardan todas los objetos de valor, también tienen que lidiar con decenas de paparazzi que rondan en busca de la toma perfecta. Es una labor titánica desalojarlos.

El servicio a la habitación también se pone en guardia. El día de la premiación entrega cientos de órdenes con jugos especiales, ensaladas y botellas de champaña. Además, es el encargado de repartir algunos obsequios y cortesías que se destinan a los ganadores de la estatuilla, entre ellos un postre personalizado.

Cada uno de los rincones del hotel debe trabajar en total sincronización, desde las mucamas hasta los empleados del estacionamiento que, durante el día del festejo, ven desfilar más de 75 limusinas.

Para conmemorar la premiación The Peninsula diseñó el tratamiento “Red Carpet Ready” (Listo para la alfombra roja), que incluye toda una semana de tratamientos de lujo en su spa. Se busca que los huéspedes disfruten de los servicios que piden las celebridades de Hollywood. El paquete de 3 mil dólares, contempla faciales de alto rendimiento, sesiones de entrenamiento y bronceado con spray. peninsula.com

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