Por Igor Galo, Destinos

Tradicionalmente, el proceso de preparación y reserva de un viaje se realizaba partiendo del destino que el viajero deseaba conocer. Pero, con la proliferación de vuelos, aerolíneas low cost y la mayor cantidad de viajes realizados por las personas a lo largo de su vida, un nuevo turista está surgiendo: el cazador de ofertas. Éste es un perfil que vacaciona con base en las ofertas de vuelos. Es decir, primero mira qué destinos están en oferta y luego decide dónde ir.

“Es un cambio de paradigma producido por la sensación que tienen muchos viajeros de que van a realizar en su vida muchos desplazamientos y que, por lo tanto, un destino puede visitarse en el momento en el que la oferta sea la mejor. Es diferente a cuando se viajaba solamente unas veces en toda la vida o una al año como máximo y entonces se priorizaban destinos que eran un must”, destaca Óscar Frías, CEO y fundador de Trabber.es (www.trabber.com), el metabuscador de precios presente en 19 países.

Perfiles del “cazador de ofertas”
Según un estudio de hábitos que Trabber.es ha realizado entre sus clientes, se han podido establecer varias tipologías de viajero que responden a esta práctica:

Despedidas de solteros y solteras. Son uno de los grupos que suelen utilizar esta modalidad de viaje principalmente por las ofertas de los aerolíneas y no por su interés turístico en el destino.

Estudiantes extranjeros. Jóvenes con flexibilidad de fechas y destinos, procedentes de otros países, que quieren aprovechar al máximo sus años en el exterior al menor precio posible.

Solteros y solteras. Es otro de los grupos que aprovechan frecuentemente las ofertas de vuelos sin importar el destino, por la facilidad de coordinar la vida familiar y el trabajo.

Viajeros empedernidos. Un gran porcentaje de los viajeros en esta modalidad realizan más de cinco escapadas al año y, frecuentemente, ya han visitado los principales puntos turísticos del planeta.

En América Latina este perfil es aún emergente (solo el 13,8%) de las búsquedas, con algunos países a la cabeza como Argentina (21%), Brasil (17,2%), México (12%) y por debajo del 10% en el resto de los casos, aunque está creciendo la popularidad de esta forma de elegir destino.

El 15% no viaja finalmente
La otra cara de la moneda de esta práctica es que hay un mayor porcentaje de compras que finalmente no se realizan. También, la compra con antelación y con billetes no flexibles conlleva a que muchas veces estos viajeros no puedan volar. “En muchos casos los precios son tan baratos que el cliente lo que hace es comprar una “opción de viajar” sabiendo que puede que al final se tuerzan los planes, pero en muchos casos se acepta el riesgo por una cuestión de riesgo-beneficio”.

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