diana.briseno@eluniversal.com.mx
Antes de salir de vacaciones es recomendable pensar con cuidado sobre el tipo de calzado que llevaremos. ¿Quién puede tener un buen momento mientras sus zapatos le ocasionan ampollas o lo hacen caminar como “pollo espinado”? ¿Cuáles deberían ser los adecuados?
Lo primero que debes considerar es el clima que vas a enfrentar. Esto te ayuda a determinar si es calzado abierto, cerrado, resistente al agua o incluso a la nieve.
Después toma en cuenta tus actividades. Si vas a caminar en medio del bosque, entre rocas y tierra húmeda, lo mejor es llevar unas botas de campo traviesa. Según Carlos Andrade, director de diseño y desarrollo de Flexi, el mejor calzado es el de piel, ya que permite la respiración del pie y lo mantiene en una temperatura media.
Además, las botas cubren los tobillos y ayudan a evitar torceduras y raspones. Las suelas deben ser antiderrapantes y de mayor volumen, pero flexibles. Las plantillas removibles se pueden lavar y secar en las noches.
De acuerdo con Alejandra Melo, especialista de la marca Rockport, la tecnología ofrece zapatos con plantillas que reducen el impacto de cada paso, perfectas para largas caminatas y senderismo. Identifícalas por su etiquetado especial o verifica que sean de eva o espuma de poliuretano. El error más común, dice, es comprar un par solo por cómo se ve y no por sus cualidades: el material con que se fabricó y la comodidad que aporta.
Si decides ir a la playa considera un calzado de materiales naturales, ya sea piel o algodón. Estos evitan la acumulación de fluidos y reproducción de bacterias, al contrario de los sintéticos, que generan malos olores.
Elige de preferencia suelas antiderrapantes; una muy lisa puede equivaler a caídas y resbalones. Existen zapatos contra agua o lavables.
Momento de empacar
Cuando viajes utiliza el calzado más cómodo en el trayecto. Hay quienes usan botas para ahorrar espacio en su equipaje.
En la maleta guarda los zapatos dentro de una bolsa de algodón o mesh, materiales que los protegen contra rasgaduras. Economiza espacio metiendo calcetines en la punta del calzado, así también evitas que se deformen.