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viridiana.ramirez@eluniversal.com.mx
La cabina de un avión “es la oficina con la mejor vista del mundo. Desde ella no solo he podido observar estrellas, también erupciones volcánicas y el cielo dividido entre la noche el día”, cuenta el capitán Sven Boewe, quien lleva más de 18 años despegando y aterrizando las aeronaves de la compañía Avianca.
Él es piloto, y una vez que pisa el avión se convierte en la máxima autoridad a bordo. Su responsabilidad va más allá de radares y botones. Boewe nos devela algunos secretos.
Piloto y copiloto
Estos dos personajes deben garantizar la seguridad de los pasajeros, la carga y la aeronave, pero entre ellos hay rangos: capitán y primer oficial, siendo el primero el de mayor antigüedad. Ambos tienen la experiencia para realizar las mismas tareas, pero el capitán es quien toma la última decisión ante cualquier situación.
La antigüedad no solo tiene que ver con los años de trabajo, sino también con las horas de vuelo acumuladas. Éstas se registran desde el primer vuelo como estudiante.
La mayoría de las aerolíneas solicitan un mínimo de mil 500 horas para los rangos de primer oficial. El capitán tiene rangos de entre 10 mil a 20 mil horas, generalmente.
Descanso y alimentación
En turnos de vuelo no está permitido dormir y ambos pilotos deben estar atentos. Si se trata de un vuelo trasatlántico viajan pilotos adicionales para relevarse.
En el tema de alimentos, comen lo mismo que los pasajeros, pero un menú diferente cada uno. Por ejemplo si uno solicita carne, el otro debe comer pollo, para evitar una intoxicación. Deben hacerlo en tiempos diferentes para no descuidar la operación del vuelo.
El chequeo
La salud física y mental son claves. Cada seis meses los pilotos son sometidos a exámenes teóricos, prácticos y médicos para supervisar su estado. En caso de detectar algún problema que pudiera afectar la seguridad de un vuelo, el piloto es suspendido inmediatamente.
¡Emergencia!
El capitán y su tripulación están capacitados para brindar primeros auxilios en casos como ataques de pánico e infartos, pero la regla número uno es ubicar un médico entre los pasajeros que atienda la emergencia y proporcionarle un botiquín (muchas aerolíneas incluyen desfibriladores portátiles para ataques al corazón). Si no se logra estabilizar al pasajero, se desvía el vuelo al aeropuerto más cercano.
Persianas abiertas
La indicación no es un capricho de la tripulación, es una medida de seguridad. Las ventanillas deben estar abiertas para que la tripulación tenga una visión clara de la parte exterior del avión, en pocos segundos pueden determinar y evaluar alguna situación que ponga en riesgo el despegue o aterrizaje.