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Ni Charlie Sheen ni Katy Perry se pudieron resistir a participar en una expedición para encontrar a Nessie, el monstruo favorito de los escoceses. Así como ellos, miles de personas se han embarcado en uno de los cruceros que recorre el lago Ness con la esperanza de ver de lejos la mítica criatura. Y, aunque los lugareños dicen que es amigable pero escurridizo, lo cierto es que la ciencia no ha podido comprobar su existencia.
Con 37 kilómetros de largo y zonas con más de 213 metros de profundidad, este lago tiene muchos recovecos ideales para que el legendario monstruo se esconda. Son miles los que aseguran haber visto la criatura. Los rumores de su existencia datan del siglo VII d.C. y hasta este año se han reportado avistamientos. Los puedes consultar en www.lochnesssightings.com.
Desde la ciudad de Inverness, a tres horas y media de Edimburgo, parten cruceros que te llevan a la cacería de Nessie. Por supuesto, ningún monstruo es dañado en el camino. Sube al Nessie Hunter IV con Loch Ness Cruises y durante una hora trata de localizar, aunque sea, un burbujeo sospechoso. loch-ness-cruises.co.uk
Durante el trayecto se ven las villas pintorescas que bordean el cuerpo de agua de tonalidades oscuras, viejos castillos y faros abandonados.
Pero el punto focal, donde se hace una visita guiada, es el castillo de Urquhart, con 500 años de historia. Fue testigo, durante la época medieval, de cruentas guerras, y demolido para que no cayera en manos enemigas.
Ahora solo quedan sus ruinas. Los visitantes pueden acceder a los calabozos y torres. Es también en este sitio donde se aprecia la parte más profunda del lago.
En el pueblo de Drumnadrochit, a 15 minutos de Inverness, abrieron dos centros interactivos para obtener más información sobre Nessie y el lago. Loch Ness Centre & Exhibition tiene siete salas temáticas que narran la historia del lago, desde su formación, hace 550 millones de años. El centro Nessieland creó actividades para los más pequeños.
Ambos lugares cuentan con tienda de recuerdos. Los fans no dudan en comprarse un sonriente peluche o una playera.