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Houston, 4 de febrero de 2017. En la noche previa al Super Bowl LI no sólo hay tensión por el gran juego entre Falcons y Patriots. En el centro de la ciudad, la mexicana Alexa Grasso perdió en tres rounds de cinco minutos su marca invicta en las artes marciales mixtas.
En la pelea coestelar de UFC Night, Grasso no pudo despojarse del nerviosismo. Se ató a la superficie del octágono y no mostró la agresividad de antaño. El resultado: decisión unánime para la estadounidense Felice Herrig y un resbalón para la tapatía, que de ser estrella en su anterior compañía (Invicta), se convirtió en una peleadora más.
“Fue un error mío. Estuve muy nerviosa. Me obsesioné demasiado con mis entrenamientos. No descansaba y me fatigué en cuerpo y mente. Me estresé. Por primera vez no disfruté el campamento y eso me costó el invicto”, confesó Grasso.
En las semanas de entrenamiento por primera ocasión la tapatía sintió miedo de perder.
“Se juntaron muchas cosas. Tener una segunda pelea en UFC y que sea de coestelar en el fin de semana que estarían muchos medios en Houston me costó”.
Para asimilar la derrota, Alexa decidió descansar seis meses, el mayor tiempo sin pelear desde 2015, cuando optó por descansar poco más de un año.
“Necesitaba reposo para mi cuerpo, pensar bien lo que sucedió en Houston. Venía de tres peleas muy pegadas y creo que me obsesioné y es lo peor que te puede pasar”.
El sábado, Grasso subirá al octágono de UFC Night 114 que se llevará a cabo en la Arena de la Ciudad de México contra Randa Marko. Por segunda ocasión será en la función coestelar. El tijuanese Brandon Moreno y el estadounidense Sergio Pettis, son el plato fuerte.
“Tengo una nueva oportunidad de brillar. Es un orgullo ser la cara femenil de México en UFC y una responsabilidad demostrar que en nuestro país hay grandes atletas”.
En su resurgir dentro de la UFC, la jalisciense de 23 años de edad, externó que su meta es superar su marca de nueve victorias consecutivas que estableció.
“Quiero ganar y seguir ganando. Superar mi récord. Conocí la derrota y creo que gané al perder esa pelea, porque siento que soy una deportista más madura”.
En el crecimiento profesional que tuvo al pasar de la empresa Invicta FC a UFC, la mexicana reveló que le costó mucho el nuevo entorno mediático y convertirse en un número más para la compañía más importante en el mundo.
“Mientras entreno son muchas entrevistas con medios, eso cansa porque te sacan del entorno. A mí me gusta el entrenamiento, yo no quiero ser una modelo, sino una campeona, pero ahora entiendo que eso es parte del trabajo. No me imagino la agenda de Conor McGregor, de Ronda Rousey y la cumplen, entonces yo también puedo y quiero llegar a ser una estrella”.
Contrario a lo que varios mexicanos han hecho, Alexa no tiene planeado ir a entrenar a Estados Unidos, pues considera que hay mucho talento en los gimnasios nacionales, como el de su tío Francisco.
“No, yo voy a desarrollar mi carrera en México. No pienso cambiar. Estoy convencida de que seré la mejor entrenando en mi país”.