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Rafael Nadal tiene hoy una cita con el suizo Stan Wawrinka y con la historia del tenis en la cancha Philippe Chatrier: el español buscará su décimo título de Roland Garros y su decimoquinto Grand Slam para escribir un capítulo más de su dorada carrera.
Por si esos ingredientes no fueran suficientes, cabe recordar que Nadal no levanta un grande desde hace tres años y que en las dos últimas temporadas su juego se vio menguado por la ansiedad (2015) y por una lesión de muñeca (2016).
Muchos pensaban que el zurdo ya no daba más de sí, pero ahí está en otra final de un Grand Slam, la vigésimo segunda de su trayectoria. Y si gana saldría disparado hacia el número uno del ranking, terreno que no pisa desde 2014.
“Es lo soñado, el grandísimo objetivo del año. Rafa ha llegado en el mejor momento”, apuntó Carlos Moyá, uno de sus entrenadores.
Si gana hoy, Nadal desempatará con Pete Sampras y se ubicará en el segundo puesto de los máximos ganadores de Grand Slam.
Con 15, ya sólo tendría por delante los 18 de Roger Federer, el hombre que le apartó del título en enero en Australia.
Wawrinka, número tres del ranking e infalible en las finales de Grand Slam —tres de tres—, sólo perdió dos sets y fue en semifinales ante el británico Andy Murray, líder del ranking.
“Jugar ante Rafa una final aquí es el mayor reto que hay en el tenis. Es el mejor de la historia en arcilla”, indicó Wawrinka.
Pero si hay algo que caracteriza al helvético es que cuando consigue sin parar reveses paralelos y derechas imposibles, es muy difícil de parar.
“Voy a tener que jugar mi mejor tenis. Veremos qué pasa”, añadió Stan.
