adriana.reyes@eluniversal.com.mx

El 20 de mayo de 2007, María Espinoza despertó en Beijing, China, con la certeza de que le esperaba un día perfecto.

En su tercer Campeonato Mundial y con apenas 19 años de edad, la taekwondoín tuvo un buen presentimiento,por lo que salió llena de confianza al tatami del estadio Changping.

Ese domingo por la tarde, María se convirtió en la mejor del orbe en la categoría de menos de 72 kilogramos, mientras que su compatriota Guillermo Pérez se llevó la plata.

“Sabía que algo iba a pasar porque el día de mi competencia me sentía muy contenta y no tenía nervios. La verdad es que no habían muchas expectativas de que ganara una medalla pero yo tenía el objetivo de lograr un buen resultado porque se acercaban los Juegos Olímpicos", recordó la oriunda de Sinaloa quien logró el metal dorado, tras vencer a la surcoreana Lee In Jong por 4-3.

Ese año, María, quien suma tres preseas olímpicas en su carrera, obtuvo el oro en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro y un año después se coronó en la justa veraniega de Beijing.

“En 10 años que han pasado desde aquel Mundial la verdad es que mi cuerpo me ha respondido bien, sólo he tenido una operación de mano por fractura y una lesión en la espalda el año pasado cuando no podía ponerme derecha”, compartió la triple medallista olímpica.

—¿Qué vivencias has tenido en la última década?

—Muchas cosas han pasado. Taekwondoínes van y vienen y otros se han mantenido como yo en el alto rendimiento. Antes era la chiquita de 15 años y ahora soy la veterana que ve a los competidores que aún no nacían cuando yo ya era seleccionada nacional.

Espinoza se adapta a los cambios en el reglamento de su deporte y a la llegada de los petos y caretas electrónicas. El secreto para mantenerse entre las mejores , confiesa, es su inagotable deseo de aprender.

“He tenido subidas y bajadas de las cuales trato de llevarme una enseñanza. Iniciar de cero cuando he caído me ha costado trabajo pero creo que todo eso es lo que me ha fortalecido”.

En junio próximo María enfrentará su séptima justa del orbe en Muju, Corea del Sur. Y aunque no se aventura a pronosticar una medalla, sí confiesa sentirse fuerte.

“Una segunda medalla mundialista es lo que más deseo, pero será complicado obtenerla porque el nivel es muy alto. Nunca he perdido la motivación de subir al podio, así que vamos a ver qué pasa, mi prioridad es disfrutar la competencia como si fuera la primera”.

El cuerpo de María le ha pasado factura tras 15 años de exigencia. Es por ello que la taekwondoín no se aventura a pensar en los Olímpicos de Tokio 2020.

“Voy año por año. Aunque sé que tengo el respaldo de un gran equipo de trabajo no se qué pueda pasar en el futuro. Por lo pronto tanto yo como la selección trataremos de dar un buen resultado en Muju y demostrar que las nuevas generaciones tienen el talento para mantener a la especialidad en la élite”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses