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El tlaxcalteca Sergio Flores justificó plenamente su inclusión en el cartel y se alzó como el triunfador absoluto de la corrida celebrada ayer ante unos 30 mil espectadores en la Monumental Plaza México. A pesar de que el último toro de Jaral de Peñas se rajó a primeras de cambio y buscó el abrigo de las tablas, Flores fue a buscarlo a ese terreno para realizar una faena meritoria, intensa y variada. Cobró un estoconazo y conquistó merecidamente las dos orejas con que lo premió el juez Enrique Braun. En su primer turno también había derrochado empeño.
La decisión de Flores contrastó con una cierta apatía de Joselito Adame, quien luego de plantarle de cara a un toro brusco y complicado, no pisó el acelerador en el segundo de su lote.
Pablo Hermoso de Mendoza, cosa rara, se fue de la plaza con las manos vacías. En su primer toro de Los Encinos hizo gala de temple, pero falló repetidamente con el rejón de muerte. Similar epílogo tuvo en el cuarto de la tarde al que logró encelar de manera extraordinaria. El mejor momento lo alcanzó al cambiarle la grupa en repetidas ocasiones. Sin embargo, la suerte de matar le volvió a jugar una mala pasada.
Impecable presentación de los toros de ambas divisas, destacando la calidad del primero de la vacada de Los Encinos.
Estuvo presente el empresario Carlos Slim Helú, quien ocupó una barrera de primera fila de sombra, en compañía de su hijo Patricio, ganadero de toros de lidia. Patricio reveló que hace mucho años su padre ejecutó suerte de “El Tancredo” en sus incursiones ocasionales por los ruedos taurinos