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El suizo Roger Federer luchará el domingo por conquistar su Grand Slam número 18 tras derrotar hoy a su compatriota Stan Wawrinka por un trepidante 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3 en las semifinales del Abierto de Australia.
El ex número uno del mundo se enfrentará en el partido por el título al español Rafael Nadal o al búlgaro Grigor Dimitrov, que chocarán mañana en la otra semifinal.
Será la vigésimo octava final de Grand Slam y la sexta en Australia para Federer, que a sus 35 años se regaló una nueva oportunidad para estirar su récord de 17 coronas en los cuatro torneos más importantes del tenis. El último grande que ganó fue en Wimbledon 2012 y desde entonces perdió las tres finales que disputó.
Considerado por muchos como el mejor de todos los tiempos, Federer convirtió casi en algo cotidiano el hecho de disputar finales de Grand Slam, pero la de Australia 2017 es sin dudas una sorpresa mayúscula.
El torneo de Melbourne es el primero que disputa Federer desde que fuera eliminado en julio de 2016 en las semifinales de Wimbledon. Una lesión de rodilla le obligó a poner fin a la temporada de forma prematura, colocando enormes signos de interrogación sobre su futuro.
Federer regresó con 35 años de la lesión más larga de su carrera en un Grand Slam. Lo hizo como número 17 del mundo y él mismo admitió que tenía pensando alcanzar los octavos de final, quizás los cuartos. Pero está en la final después de eliminar a tres "top ten" en el camino: Tomas Berdych en tercera ronda, Kei Nishikori en octavos y ahora Wawrinka en semifinales.
Campeón de Australia en 2004, 2006, 2007 y 2010, Federer se convirtió a sus 35 años y 174 días en el tenista de más edad en llegar a la final de un Grand Slam desde que Ken Rosewall jugara la del US Open 1974 con 39 años y 310 días.
La victoria ante Wawrinka -ante el que nunca perdió en cancha dura- le asegura además a Federer escalar hasta el puesto 14 del ranking. Si gana el título, subirá hasta la décima posición.