Las hermanas estadounidenses Serena y Venus Williams chocarán el sábado por novena vez en una final de Grand Slam tras superar hoy las semifinales del Abierto de Australia.
Serena derrotó a la croata Mirjana Lucic-Baroni por 6-2 y 6-1, justo después de que Venus batiera a la norteamericana Coco Vandeweghe por 6-7 (3-7), 6-2 y 6-3.
"Una Williams ganará este torneo, eso seguro", bromeó en la Rod Laver Arena Serena, que el sábado tendrá la oportunidad de conquistar su Grand Slam número 23 y recuperar de paso el número uno del mundo.
Serena, de 35 años, y Venus, de 36, se enfrentaron en ocho finales de Grand Slam. La primera fue en el US Open 2001, hace más de 15 años. En total, Serena ganó seis de esas finales, incluida la última, la de Wimbledon 2009.
La hermana menor de las Williams busca convertirse en la primera tenista de la historia de la Era Abierta en ganar 23 grandes. Actualmente está empatada con los 22 de la alemana Steffi Graf y le faltan dos para igualar a la jugadora más exitosa de todos los tiempos, la australiana Margaret Court.
Las hermanas Williams, que jugaron la final de Australia en 2003 -con triunfo de Serena-, chocarán el sábado por vigésimo octava vez. El balance actual es de 16 victorias para Serena y 11 para Venus.
Ganadora de siete grandes, Venus disputó en 2009 su última gran final y después estuvo a punto de retirarse tras serle diagnosticado el Síndrome de Sjörgen, una enfermedad autoinmune.
Con su victoria de hoy, la ex número uno se convirtió a sus 36 años en la tenista de mayor edad en haber alcanzado la final de Australia desde que se inauguró la Era Abierta en 1968.
Venus, que sufrió problemas en un codo a principio de año, tuvo que pelear durante 2:26 horas ante su compatriota Wandeweghe, que llegaba en pleno éxtasis a las semifinales tras eliminar sucesivamente a la número uno del mundo, Angelique Kerber, y a la española Garbiñe Muguruza, campeona de Roland Garros.
Serena apenas tuvo rival en una Lucic-Baroni que parecía agotada y apenas le duró 50 minutos a la número dos del mundo. Después de un 2016 dubitativo en el que lidió con problemas de espalda, la norteamericana parece de nuevo en forma.