Más Información
Rubén Moreira insiste en propuesta para eliminar pago al Fobraproa; presentará iniciativa esta semana
Partido Verde presenta iniciativa para que deudores alimentarios sean localizados; buscan cumplir sentencias de forma efectiva
Sheinbaum recuerda inicio de sexenio de AMLO hace seis años; "con él empezó la Cuarta Transformación", dice
Sheinbaum acompaña a Rocío Nahle en toma de posesión como gobernadora de Veracruz; asisten ministras de SCJN
Día Mundial de la Lucha contra el Sida: México registra 15 mil 789 casos de VIH en 2024; entidades presentan aumento en diagnóstico
El suizo Roger Federer está otra vez aquí. El mundo del tenis lo ha extrañado durante medio año, y él ha extrañado el circuito: 178 días después de su último partido y de una baja por lesión inéditamente larga para él, el tenista de 35 años regresará a la acción.
El suizo jugará hoy con el equipo de su país en Perth en la Copa Hopman, un torneo de exhibición considerado una especie de oficioso Mundial de tenis mixto.
“Estoy hambriento e incluso reanimado y rejuvenecido”, advirtió el ex número uno del mundo.
La atracción que aún ejerce sobre los fans quedó clara cuando más de seis mil personas asistieron a uno de sus entrenamientos en la costa occidental australiana. El primer ensayo serio será hoy ante el británico Daniel Evans.
El equipo del Reino Unido, que no cuenta con el número uno del ranking, Andy Murray, es el primer rival de la pareja suiza formada por Federer y Belinda Bencic.
El 4 de enero, el ganador de 17 Grand Slams tendrá enfrente al joven talento alemán Alexander Zverev. Dos días después, se medirá con el francés Richard Gasquet.
La Copa Hopman garantiza al viejo maestro las horas de juego antes del primer grande del año, a partir del 16 de enero en el Abierto de Australia en Melbourne.
“No sé lo que debo esperar de mí mismo”, dijo Federer. “Los espectadores no sabrán qué pueden esperar, y mi rival tampoco tendrá idea de lo que esperar”.
El suizo se saltó los Juegos Olímpicos en Río, el Abierto de Estados Unidos y el Masters de Londres. Su último partido fue en Wimbledon, donde fue derrotado en semifinales por el canadiense Milos Raonic.
La imagen del “Maestro” tumbado sobre el césped tras un tropiezo fue un símbolo de su peor año en mucho tiempo.