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Tras más de seis meses sin competir por una lesión de rodilla, el suizo Roger Federer reapareció hoy en el circuito con un tenis más práctico que brillante para vencer al austríaco Jürgen Melzer en la primera ronda del Abierto de Australia.
El ex número uno, sin chispa en las piernas y cometiendo errores impropios de su categoría, derrotó a Melzer por 7-5, 3-6, 6-2 y 6-2 en dos horas y dos minutos para festejar su primera victoria de 2017.
Además de la reaparición del suizo, la jornada inaugural del primer Grand Slam de la temporada dejó los triunfos de los dos números uno, el británico Andy Murray y la alemana Angelique Kerber. Todos los grandes favoritos que jugaron hoy, salvo la rumana Simona Halep, avanzaron a la segunda ronda.
El sol y el calor fueron protagonistas en Melbourne Park, donde se espera que el termómetro supere mañana los 35 grados. Cuando Federer, de 35 años, salió de nuevo a una pista para competir, exactamente a las 21:31 de la noche australiana, el mercurio mostraba ya temperaturas más suaves.
También fue más tranquilo de lo esperado el ambiente en la Rod Laver Arena, la cancha en la que Federer conquistó cuatro de sus 17 Grand Slam. El protagonista del día contribuyó en parte a ello: dejó golpes llenos de sutileza, pero le costó entrar en el partido y se le vio más lento de piernas y de mente.
Federer nunca había estado tanto tiempo sin competir por una lesión como ahora. Llevaba sin jugar un partido oficial desde el 8 de julio de 2016, cuando perdió en semifinales de Wimbledon ante Milos Raonic.
La lesión en la rodilla le obligó a poner fin a la temporada 2016 de forma prematura y fue cayendo en el ranking hasta la décimo séptima posición que ocupa ahora mismo.
El suizo, que disputó a principios de 2017 la Copa Hopman, un torneo de exhibición, abandonó la Rod Laver al final del duelo con Melzer entre un sonoro aplauso.
"Aun si hubiera perdido habría estado bien, porque lo que importa es estar de vuelta en una cancha", dijo satisfecho Federer aún sobre la pista. El suizo chocará el miércoles en segunda ronda con el estadounidense Noah Rubin, de 20 años y 200 del escalafón mundial.
Antes, en la misma pista, Murray se impuso al ucraniano Illya Marchenko en su primer partido en un Grand Slam desde que alcanzó el número uno del ranking.
"Llegué al número dos hace siete años. Ha sido muy difícil llegar al primer puesto", recordó Murray tras su 7-5, 7-6 (7-5) y 6-2 sobre Marchenko, que por momentos sorprendió con su desparpajo.
Campeón de tres grandes, el británico de 29 años arrancó así su intentó por conquistar el esquivo Abierto de Australia, torneo en el que perdió las cinco finales que disputó, ante Federer en 2010 y ante el serbio Novak Djokovic en las de 2011, 2013, 2015 y 2016.
El escocés llega sin embargo este año a Australia tras haber cerrado en 2016 la mejor temporada de su carrera. Perdió las finales de Australia y Roland Garros, pero después conquistó Wimbledon, se colgó el oro olímpico en Río 2016 y acabó escalando a lo más alto del ranking mundial para destronar a Djokovic.
Su siguiente rival en Melbourne Park será el ruso Andrey Rublev, procedente de la previa y que hoy tumbó al taiwanés Yen-Hsun Lu por 4-6, 6-3, 7-6 (7-0) y 6-3.
Mucho más que Murray sufrieron el suizo Stanislas Wawrinka, el japonés Kei Nishikori o el croata Marin Cilic, llamados a dar guerra al "Big Four" en un 2017 que todavía se despereza. Los tres necesitaron cinco sets.
Campeón en Australia en 2014, Wawrinka superó al eslovaco Martin Klizan por 4-6, 6-4, 7-5, 4-6 y 6-4; Nishikori venció al ruso Andrey Kuznetsov por 5-7, 6-1, 6-4, 6-7 (6-8) y 6-2; y Cilic remontó ante el polaco Jerzy Janowicz por 4-6, 4-6, 6-2, 6-2 y 6-3.
Más fácil lo tuvieron el checo Tomas Berdych o el francés Jo-Wilfried Tsonga, que avanzaron de ronda en el día en que el australiano Nick Kyrgios reaparecía tras la sanción que le impuso la ATP por conducta antideportiva. El "Bad Boy" arrolló al portugués Gastao Elias por 6-1, 6-2 y 6-2 para deleite del público local.