La conductora de Televisa, Virginia Ramírez, era la más feliz el día de ayer en Twitter. Estuvo muy activa siguiendo los pasos de su equipo favorito, los Tigres de la UANL, desde antes de la llegada al estadio. No se le despegó fue a André-Pierre Gignac, con quien se tomó varias selfies antes del partido. Ya cuando los felinos se coronaron, subió una imagen suya radiante de alegría: “El mejor regalo de Navidad! Gracias @TigresOficial! Gracias @TD_Deportes por dejarme ser parte de esta experiencia! Más feliz no se puede!”. Quizá fue el amuleto de buena suerte para el cuadro regio, aunque lo cierto es que en la empresa para la que trabaja había pocas personas contentas. Contrastaba la tristeza de su colega Giselle Zarur: “Te amaré siempre @ClubAmerica gracias por tantas emociones…”.
Paco Jémez, visita relámpago
Francisco Jémez trabaja para poner al Cruz Azul en la mejor forma posible para el comienzo del Clausura 2017, pero también se da tiempo para convertirse en el mejor obsequio navideño de su familia. Debido a que sus seres queridos siguen en España, el estratega de La Máquina les dijo que no pasaría la Nochebuena con su esposa e hijos, pero ellos no sabían que Jémez los quería sorprender con un viaje relámpago a su país para pasar la Navidad con ellos. La alegría de sus familiares fue mayúscula. Eso sí, Jémez ya estará de vuelta hoy para reanudar entrenamientos, pues el reto está difícil, borrar 19 años de sequía de títulos es una misión para valientes. Además de que Cruz Azul iniciará el siguiente torneo muy cerca de los problemas del descenso si no se apura.
Quieren mexicano “electrizante”
La Fórmula E tendrá su segunda aparición en México, el 1 de abril de 2017 y para ello, los directivos de la categoría trabajan para tener a un piloto nacional, por lo menos para que corra esa fecha, como el año pasado lo hizo Salvador Durán. Saben que el contar con un piloto tricolor sobre la pista del Autódromo Hermanos Rodríguez les garantiza un mayor interés del público para el serial de autos eléctricos, que quiere convertir la sede mexicana como una de sus bastiones de esta joven categoría. El año pasado fue un buen experimento, no estaba a reventar, pero la gente se asombró de la velocidad que alcanzan estos autos que, para unos, suenan como naves espaciales y, para otros, como licuadoras.