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ariel.velazquez@eluniversal.com..mx
Hoy por la tarde, en Santiago de Chile, cuando la delegación mexicana desfile con la bandera tricolor en la inauguración de la Copa del Mundo de Frontón 30 metros, sus pasos serán acompañados por las miradas de aficionados y competidores que los valoran como lo que son: la potencia a vencer.
México es el rival para el cual todos se preparan en frontenis y paleta goma.
Dentro de este grupo de élite se encuentra Ariana Cepeda. La mejor jugadora de frontenis y que hará pareja con Guadalupe Hernández para defender la primera posición del escalafón mundial que se consiguió en Le Haillan, Francia, en 2013. Maricruz Hoyo de Legarreta y Paulina Castillo, completan el equpo.
Cepeda, coahuilense con licenciatura en educación física es madre de dos hijos y aunque hoy se encuentra en la cima, trabajó para vencer adversidades como el sexismo que hace una década y media existía en su disciplina y la desilusión que le causó el tenis a los 11 años de edad.
“Mi familia es de frontenistas. Pero yo empecé en el tenis, pero sucedió algo frustrante cuando tenía 11 años… Un niño no aceptó su derrota conmigo y bajo sus reglas en un torneo interclubes siguió jugando hasta que según él me venció. Yo me frustré mucho y quise cambiar de aires”, recuerda Cepeda.
Pero el padre de Ariana no estaba convencido de permitir que su pequeña de 11 años se involucrara en un ambiente de hombres.
Con cinco meses de entrenamientos Ariana logró el campeonato nacional de su categoría. Sus golpes no eran técnicamente ni cerca de lo mejor, pero la potencia y condición física que le heredó el tenis, la sacó a flote.
“Después de abandonar el tenis me puse a entrenar frontenis y en cinco meses conseguí convertirme en campeona nacional de mi categoría. Yo tenía bastante noción del tenis, pero no de la forma en la que se recorre la cancha.”
A pesar de contar con una medalla nacional, el entorno de los pelotaris de Saltillo se mantenía cerrado para la pequeña de 11 años que aprendió a lidiar con el maltrato del machismo y lo convirtió en un aliado para crecer en lo mental y lo físico, pues al final sólo podía disputar partidos con hombres.
“Fue muy difícil por las críticas. Me decían que el frontenis era un deporte de hombres, que yo me fuera a ayudarle a mi mamá en la casa, entonces esa parte fue muy fea pero la supe aprovechar porque me volví más aguerrida, más terca. Tuve que asemejar las habilidades y fortalezas de un hombre para poder ser parte de ese círculo.”
Con 30 años de edad, Ariana es una jugadora madura y en plenitud física. Dio a luz hace un año y eso no impidió que hoy salga al frente de la delegación mexicana.
“Para mí es un orgullo ser seleccionada. No hay nada que se asemeje al representar a tu país en el extranjero y poner la bandera en lo más alto.”
Cepeda antes de la licenciatura en educación física, estudió cinco semestres de matemáticas aplicadas. Las materias que cursó ahora la ayudan para entender mejor los ángulos y vértices del frontón.
México abre su participación mañana por la tarde contra la pareja de Perú y el rival a vencer en el certamen será España.