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alejandro.rodriguezd@eluniversal.com.mx
Nico Rosberg, como muchos hijos, quiso ser un día como su papá. Es por ello que siguió su profesión y se convirtió en piloto de carreras.
Sin embargo, Nico quiere emularlo en todos los rubros. Busca proclamarse campeón del mundo de la Fórmula Uno, tal y como lo hiciera Keke Rosberg en 1982.
Poco le falta.
Este Rosberg segunda generación se encuentra como líder del campeonato y en sus manos está el lograrlo. Mantiene una ventaja de 26 puntos sobre su coequipero en Mercedes, el británico Lewis Hamilton, a falta de tres fechas.
Incluso, este domingo podría coronarse en el Gran Premio de México, si acaba en lo más alto del podio y Hamilton termina fuera del top ten.
En total son 12 casos similares a los Rosberg en la F1, pero sólo la familia Hill tiene la marca de ver a dos generaciones como campeones de la categoría reina.
El británico Graham Hill alcanzó dos veces el título de vencedor, en 1962 y 1968. En tanto que Damon Hill repitió la hazaña de su padre 28 años después.
En caso de que Nico consume su primer título en la F1, también se daría una situación inédita pues Keke lo hizo compitiendo bajo los colores de Finlandia, en tanto que Nico corre por los colores teutones desde que participa en el Gran Circo.
Esto se debe a que la mamá de Rosberg, Sina, es germana. Incluso, al tener la doble nacionalidad, Nico competía en sus primeros años en seriales internacionales con ambas banderas. Pero al llegar a la F1, la FIA le prohibió el representar a dos naciones en un campeonato suyo y decidió inclinarse por Alemania.
En otra similitud, Keke se coronó con la escudería Williams. mismo equipo con el que su hijo comenzó su camino en la Fórmula 1.
Pero ha sido en su segunda escudería, con Mercedes, en donde Nico ha encontrado su mejor desempeño tras 10 temporadas y que lo tiene acariciando el campeonato 2016.
Rosberg padre se encuentra como el mejor consejero en la carrera de su hijo. Siempre lo tiene cerca y es común verlos platicar en el paddock, intercambiando puntos de vista.
El primer caso de un padre e hijo en la Fórmula Uno se dio con los Stuck. Hans disputó tres Grandes Premios entre 1952 y 1953. Dos décadas después, llegó su hijo Hans Joachim, que mostró un mejor desempeño con 74 carreras disputadas.
Hay un caso particular que es de la familia brasileña Fittipaldi. Wilson y su hijo Christian se sumaron a este selecto grupo de dos generaciones en la parrilla de competencia, pero fue el hermano de Wilson, Emerson, el que puso a este apellido en la historia de la categoría con sus dos campeonatos (1972 y 1974).
También está el caso de los que lograron superar al padre alcanzando un título. Así sucedió con los canadiense Villeneuve. Gilles disputó la mayoría de su carrera con Ferrari a finales de los setenta y principios de los ochenta, en donde logró un segundo lugar en el campeonato de 1979 como mejor resultado.
Pese a que falleció en plena pista durante una sesión de prácticas durante el Gran Premio de Bélgica de 1982, su hijo Jacques, no se amilanó y retomó la pasión de su padre.
Fue un momento especial cuando Gilles segunda generación alcanzó el título en 1997, pues la dedicatoria fue a su difunto señor.
Actualmente son dos pilotos más, además de Nico Rosberg, los que se tratan de herederos de legados automovilísticos: el holandés Max Verstappen (Red Bull) y el danés Kevin Magnussen (Reanult).
Max es hijo de Jos Verstappen piloto de los noventa, en tanto que Kevin tiene de padre a Jan Magnussen, que corrió tres años en la F1. Estos juniors se proyectan para mejorar lo hecho por sus progenitores.
En tanto, hoy las miradas se centran en lo que pueda hacer Rosberg hijo, imitando a papá.