La esgrimista Ibtihaj Muhammad hizo historia el lunes al convertirse en la primera estadounidense en competir en unos Juegos Olímpicos vistiendo un hiyab.


Muhammad, de 30 años, portó el velo negro que usan las mujeres musulmanas debajo de la careta rojo, blanco y azul al ganar 15-13 su primer combate en la esgrima femenina ante la ucraniana Olena Kravatska.

Río 2016. Ibtihaj Muhammad, la primera estadounidense en competir con un hiyab
Río 2016. Ibtihaj Muhammad, la primera estadounidense en competir con un hiyab

De niña le gustaba practicar numerosos deportes, pero su madre tomó una decisión definitiva cuando descubrió por casualidad a un grupo de esgrimistas en la Universidad de Columbia.

"Están todos cubiertos. Deberías hacer eso", le dijo a Ibtihaj Muhammad, quien inició así a los 13 años un viaje que hoy la tiene haciendo historia en Río 2016.


Diecisiete años después de aquella decisión que ella no tomó, Muhammad se convirió en la primera estadounidense en competir con un hiyab, el tradicional velo islámico, en unos Juegos Olímpicos. Lo hizo en la prueba individual de sable antes de participar cinco días después en la competición por equipos.


"Siento que será un gran momento para el equipo estadounidense y que podemos ser más diversos que en el pasado. Será una gran experiencia poder integrar no sólo el equipo de mi país, sino
representar también a distintas personas en todo el mundo", dijo Muhammad, de 30 años, en su primera rueda de prensa en Río de Janeiro, previo a su participación.


Su histórica presencia en Río en un deporte compuesto mayormente por competidores blancos le valió el elogio de Barack Obama, el presidente de Estados Unidos, quien resaltó la diversidad del equipo estadounidense.


"La unidad y la diversidad de nuestro equipo nos enorgullecen mucho. Y recuerdan al mundo por qué Estados Unidos apuesta por el oro", escribió en Twitter durante la ceremonia de inauguración, donde Muhammad desfiló junto al abanderado Michael Phelps. Para Obama, la presencia de la esgrimista es un símbolo de unidad "en torno a una bandera" en momentos de "política intensa".


En momentos de creciente islamofobia tras la serie de atentados del Estado Islámico y otros grupos terroristas, la presencia olímpica de Muhammad puede ayudar a derribar prejuicios en su país.


"La semana pasada iba caminando con un compañero del equipo y un hombre me dijo que parecía sospechosa", relató la joven a la cadena NBC en junio. "Me empezó a preguntar si tenía intención de volar algo".


Pero no sólo en la sociedad estadounidense, sino también dentro de su deporte ha tenido que romper con los moldes. "No había modelos a seguir", dijo recientemente a la revista "New Yorker". "Cuando competía en torneos locales, muchas veces había comentarios sobre mí por ser negra o por ser musulmana. Dolía".


Tras el secundario, Muhammad se unió al equipo de esgrima de la Universidad de Duke. Se graduó en relaciones internacionales y estudios afro-americanos con una especialización en lengua árabe. Siguió compitiendo en el esgrima ya de adulta al tiempo que lanzó una línea de ropa para mujeres, "Louella", junto a su hermana.


Muhammad tuvo ya la oportunidad de competir en Londres 2012, pero quedó marginada por una lesión en la mano. Ahora podrá finalmente afrontar el reto. Y no irá sólo a participar, sino también en búsqueda de una medalla. Los números la avalan: la estadounidense ocupa el octavo puesto en la federación internacional, fue tercera en la Copa Mundial y además campeona mundial por equipos.


Su popularidad ha traspasado ya las fronteras del deporte y este año integró la lista de las 100 personas más influyentes del mundo de la revista "Time". Y en abril retó con la espada a Michelle Obama en una exhibición en Times Square. Mañana, la primera dama y su esposo la estarán viendo con gran expectativa por televisión.

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