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Río de Janeiro.— Los mexicanos César y María llegaron a Río sin boletos para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos.

Aún así, se aventuraron a viajar durante 13 horas seguidas para ver, al menos desde afuera la apertura de la fiesta carioca en el estadio Maracaná.

Con su bandera mexicana en mano, los estudiantes llegaron a las afueras del metro homónimo al coso brasileño con la esperanza de lograr adquirir una entrada para la apertura. No lo consiguieron. Aún así, expresaron su emoción por estar presentes en la primera justa cuatrienal realizada en Sudamérica.

“Llegamos a Brasil para enseñar a los niños sobre la cultura mexicana, ha sido difícil para nosotros por el tema del lenguaje, pero poco a poco hemos ganado terreno. Este es un país que nos gusta mucho y esperamos contribuir a difundir nuestras tradiciones”, añadió César.

Aunque confesaron no conocer mucho de deporte amateur, sí coincidieron en un atleta al que seguirán en Río de Janeiro.

“Al que conocemos mucho es a Rommel Pacheco, sabemos que es muy bueno, que es de clavados porque lo seguimos en su cuenta de Instagram, en la que ha subido toda su preparación a sus redes y esperamos que gane una medalla de oro. Los atletas nacionales son muy conocidos y ojalá dejen bien puesto el nombre de México”.

Lo que sí compartieron los mexicanos fue el poco entusiasmo que existe entre los brasileños por la celebración de la justa veraniega.

“La verdad parece que sólo Río está enterado de sus Juegos, en otras zonas del país no hay nada referente a las competencias, creo que el país está más preocupado por otras cosas y eso es una lástima. Donde nosotros estamos las personas ni siquiera saben que hay Juegos en el país”, concluyó María.

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