"Estaba descansando en un parque. Entonces creí reconocerlo, cruzamos las miradas, nos hicimos un gesto y dije, ¿por qué no? Me voy a acercar a él": así describió hoy la gran estrella de la natación Michael Phelps su encuentro en la Villa Olímpica con otra gloria del deporte, el tenista Novak Djokovic.

"Tener una situación como la que viví ayer con Novak es lo que le da sentido a todo el espíritu olímpico. Sentir en la propia piel el encuentro con los colegas. Yo soy un gran admirador de lo que hace y, cada vez que puedo, veo sus partidos de tenis. Por eso, creía que tenía que ir a hablarle", afirmó el nadador durante una rueda de prensa, en el salón Samba del parque olímpico de Río de Janeiro.

Phelps es el atleta más laureado de toda la historia, con 22 medallas (18 de oro); Djokovic es el número uno del ránking mundial de tenis y ganador de la medalla de bronce en los Juegos de Pekín 2008. Scott Leightmann, director de comunicación del equipo de natación de Estados Unidos nombró la reunión como el "Encuentro de la Grandeza".

"Estuvimos charlando un buen rato. Compartimos la experiencia, nos comentamos cuándo iba a competir cada uno y hablamos sobre las sensaciones de lo que significa los Juegos Olímpicos para un deportista. Me pareció una persona muy sencilla, divertida, con perfil bajo. Es un gran deportista y también creo que es una gran persona", añadió el estadounidense.

Los Juegos de Río 2016 representan para Phelps una apertura personal en lo social, tanto para sus colegas de la natación como para el resto de los atletas: "En otras ediciones, me la pasaba todo el tiempo con los auriculares y mi música. Ahora, poder estar en contacto con atletas de otros países, desde los más grandes hasta los más pequeños, es un factor que no tiene comparación", afirmó el elegido abanderado de la delegación estadounidense para la ceremonia de apertura del viernes. 

pmba

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