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Río de Janeiro no registró ningún caso de zika durante los Juegos Olímpicos que clausuró el pasado domingo pese a las previsiones alarmistas de algunas entidades de salud que llegaron a ahuyentar a varios deportistas, informaron hoy fuentes oficiales.
De las 8 mil 651 personas atendidas en puestos de salud y hospitales públicos durante los Juegos Olímpicos, entre los cuales 2 mil 133 extranjeros, ninguna fue diagnosticada o tenía los síntomas del zika, según un balance presentado hoy por el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes.
El gobernante municipal destacó que el zika, que llegó a ser considerado como una de las principales amenazas al evento deportivo, destacó por su ausencia durante los Juegos Olímpicos.
"Durante algún tiempo nadie se negó a tratar el tema pero había un cierto grado de alarmismo, casi irresponsable, de algunos sectores de la salud internacional, que las personas creían que si venían a Río se contagiarían del virus y se enfermarían", aseguró el alcalde en una rueda de prensa.
Brasil registró en el primer semestre del año una grave epidemia de zika que se extendió a todos los estados del país y que obligó al Gobierno a declarar estado de emergencia debido al vínculo del virus con el aumento de los casos de microcefalia entre recién nacidos.
Brasil fue uno de los países más afectados en el mundo por este virus transmitido por el Aedes aegypti, el mismo mosquito responsable por el dengue y la chukunguña.
Pese a que las autoridades brasileñas habían aclarado que los Juegos Olímpicos se disputarían en el invierno austral y en condiciones poco propicias para la supervivencia del mosquito, por lo que el riesgo sería muy bajo, algunas organizaciones médicas recomendaron la suspensión del mayor evento deportivo del mundo por temer a que contribuyera a una expansión mundial de la epidemia.
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró bajo el riesgo del contagio del zika durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Las aclaraciones, sin embargo, no impidieron que algunos deportistas desistieran de disputar los Juegos Olímpicos por supuesto temor a contraer el virus.