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hector.morales@eluniversal.com.mx
Río de Janeiro.— Aquella derrota en semis de Atenas 2004 ante Argentina, caló tan hondo en Estados Unidos que volvió con la fuerza para imponer su imperio una vez más.
Fácil se deshizo de Serbia en la final 96-66 para colgarse la medalla de oro, la tercera de forma consecutiva, la decimoquinta en la justa veraniega.
En la Arena Carioca 1, esta versión del combinado estadounidense en algo se pareció al mítico Dream Team de Barcelona 92. Una paliza similar en el partido por el campeonato olímpico no se veía desde la justa catalana, cuando los norteamericanos derrotaron a Croacia (117-85).
Fue la tarde de Kevin Durant sobre la duela. Ante las ausencias de los superestrellas LeBron James y Stephen Curry, el alero que acaba de fichar por los Warriors de Golden State se mostró dispuesto a demostrar su talento en Río 2016.
Encestó 30 puntos para igualar su propia marca de más unidades logradas en una final olímpica, que impuso en Londres 2012. Logró cinco triples y otros tantos desde dentro del perímetro. El resto, los consiguió en la línea de tiros libres.
Serbia siempre estuvo atrás en el marcador, sin una reacción que pudiera comprometer a su poderoso oponente. Fue un equipo endeble y sin espíritu, como una traición a la etiqueta de gran equipo que se ha ganado con el tiempo. Decepcionante final para los europeos.
En cambio, Estados Unidos suma 76 partidos sin perder (52 en encuentros oficiales). Su imperio en el basquetbol es dorado y más firme que nunca.
España gana bronce. La medalla de bronce se quedó con el basquetbol español, tras el sufrimiento de lograr una ventaja mínima de 89-88 al expirar el
último cuarto sobre una aguerrida Australia, en un partido muy disputado.