Más Información
Diputadas reafirman compromiso en 25N; María Teresa Ealy impulsa la prevención, protección y el empoderamiento
Ejército envía 100 elementos de las Fuerzas Especiales a Sinaloa; realizan labores de vigilancia en la entidad
adriana.reyes@elunivesal.com.mx
Río de Janeiro.— La historia olímpica del “Relámpago Jamaicano” terminó ayer en la pista del estadio Olímpico Joao Havelange. Usain Bolt cumplió su objetivo y sumó su tercera dorada en Río de Janeiro tras imponerse con su país en la prueba de relevo 4X100.
El reto del triple-triple del obsesivo velocista se hizo realidad y ya suma nueve medallas en justas veraniegas cosechadas desde la edición de Beijing 2008.
“Fue un trabajo de equipo esta medalla de oro, estoy feliz por irme de Río con tres medallas y de verdad, le agradezco a tdoa la gente que vino a apoyarme los tres días de mi competencia”, expresó un emocionado velocista jamaicano.
La carrera de ayer fue dominada en su totalidad por los caribeños. El primero en tomar la estafeta fue el veterano Asafa Powell, quien de inmediato se fue al frente y pasó el turno a Nickel Ashmeade. Yohan Blake, otro de los corredores estrella de Jamaica, mantuvo la supremacía sólo para dejar que Bolt cerrara con broche de oro la gran carrera.
El equipo se llevó el metal áureo con tiempo de 37.25 segundos por delante de un sorprendente equipo japonés que se ubicó en el segundo sitio con marca de 37.60s; el equipo de Estados Unidos arribó en tercer lugar con 37.64, pero fue descalificado por invasión de carril, por lo que los canadienses se llevaron el bronce.
Bolt sumó la posta a los oros individuales en los 100 y los 200 metros en Brasil, un logro que ya había conseguido en los Juegos de Beijing 2008 y Londres 2012. El equipo jamaiquino realizó su mejor tiempo de la temporada al detener el reloj en 37.27 segundos.
El show de reggae comenzó apenas cruzó la meta el “Relámpago”. Y aunque esta vez, el logro no fue sólo suyo, de igual forma se robó las miradas de los más de 50 mil asistentes al estadio Joao Havelange.
Cada uno de los velocistas se cubrió con una bandera de su país para después dar gusto a los reporteros gráficos con cientos de placas para inmortalizar el momento. Vino después la tradicional vuelta al estadio y las selfies con algunos afortunados asistentes a la competencia.
Junto con Michael Phelps, el jamaicano iluminó unos Juegos Olímpicos austeros realizados en plena crisis económica y política en Brasil. Con su brillo y carisma, el velocista se robó los corazones de cientos de miles de aficionados que asistieron a contemplar una nueva hazaña de la estrella caribeña.
En las calles de Kingston, lugar donde nació Usain, miles contemplaron la carrera de su mejor deportista y celebraron el triunfo como si fuera propio.
Aunque Bolt anunció que tras su participación en los Juegos de Río se despediría del atletismo, dejó abierta la posibilidad de participar en el próximo Mundial de la especialidad.
Este domingo, cuando el “Relámpago” celebre su cumpleaños 30 podrá hacerlo con la satisfacción de que su leyenda por ahora luce inalcanzable para cualquiera.