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adriana.reyes@eluniversal.com.mx
Río de Janeiro.— Otra vez el ya merito, como una película que parece ya conocida. Los taekwondoínes mexicanos Carlos Navarro e Itzel Manjarrez se quedaron a un triunfo de llevarse una medalla en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 en la primera jornada de la especialidad.
Aunque iniciaron dominantes sus dos primeros combates, ambos perdieron en las semifinales e hilvanaron una nueva derrota en la disputa por el bronce, una presea que ya ilusionaba al pueblo mexicano.
“Quiero decirles que no me voy para nada satisfecho, yo venía por la medalla, porque tengo la calidad para conseguirlo. Lamentablemente no se pudo y bueno, ya hay que pensar en los Juegos de Tokio 2020 desde hoy. Yo no vine a participar, tenía la mentalidad ganadora, pero no salió, hay que seguir luchando”, dijo un lloroso Navarro, quien fue consolado por el presidente de la Federación Mexicana y el titular de la Conade, Alfredo Castillo, sabedores de que el mexicano había ofrecido su mejor esfuerzo en el tatami.
El juarense, de apenas 20 años de edad, llegó como campeón panamericano a Río y el quinto sembrado en la categoría de los 49 kilogramos.
“Desde los 10 años soñé con una medalla, por mucho tiempo no pude dormir por pensar en este 17 de agosto y esto es muy difícil para mí. Espero que sea el comienzo de una carrera muy larga en Juegos Olímpicos”, explicó Carlos, quien cayó por marcador de 7-5 ante el coreano Zhao Shuai en el repechaje.
La familia de Carlos viajó durante 20 horas procedente de Dallas para contemplar el debut olímpico del mexicano. Cada una de las 26 personas que apoyaron al taekwondoín invirtió aproximadamente mil dólares para estar presente en la Arena Carioca número tres del Parque Olímpico.
Itzel Manjarrez, quien sucumbió ante la tailandesa Panipak Wongpattanakit 15-3, no pudo contener el llanto tras quedar cerca de subir al podio.
“De verdad que lo intenté, pero no logré acoplarme a la forma de pelear del nuevo taekwondo; venía preparada en todos los aspectos y mi objetivo era ganar”, dijo.
—¿Hubo presión por la falta de medallas de México?
“No, para nada, nosotros como atletas trabajamos por nuestras familias, por la gente que nos quiere y que nos ha visto llorar. Para nada nos afectó mentalmente esa presión”.
La licenciada en Nutrición agradeció a las personas que se juntaron en su casa en Sinaloa para apoyarla.
“En la cuadra de mi casa, mis vecinos vieron mis combates, personas que no conozco me escribieron, me mandaron bendiciones, incluso de Estados Unidos. Estuve muy apoyada, nadie me hizo un mal comentario, porque saben que le dedico mucho al deporte”.
La taekwondoína explicó que nunca se sintió acoplada con la nueva forma de marcar los puntos.
“No te dejan patear, entonces hay que buscar estrategias y hacer un bloqueo bonito o feo, porque no es para darle gusto a nadie, es para ganar”.
El objetivo de Itzel es el Mundial del próximo año.
“Ahora me voy a enfocar en el Mundial. Quiero mantener el nivel de los primeros lugares y firmar un triunfo que no se me dio en Brasil”.
Hoy entra en acción Saúl Gutiérrez, medallista de bronce mundial, en la categoría de los 68 kilogramos.