Más Información
hector.morales@eluniversal.com.mx
Raúl Gutiérrez está convencido de que su equipo es favorito para volver a lo más alto del podio en unos Juegos Olímpicos. Dice en entrevista con EL UNIVERSAL, que no tiene presión, sino compromiso de refrendar el metal áureo en Río 2016.
Pero también descubre su lado más político y da su opinión acerca de la actualidad del país, que le recuerda las devaluaciones en tiempo de José López Portillo y Carlos Salinas de Gortari, que “reventaron a mi familia”.
—¿Cómo vive con la presión de refrendar el oro olímpico?
“Siempre he pensado que algún tipo de presión es no tener dinero y darle de comer a tu familia, eso te tiene sin dormir. Aquí pensamos en un reto. Siempre hablamos de refrendar el oro, es un tema cotidiano, no tiene que ver con algún tipo de presión. Somos los favoritos porque se trata de que somos los campeones”.
—¿Qué se ha hecho bien para que el futbol mexicano se haya hecho potencia en menores?
“Es mucho gracias al esfuerzo de los clubes. Desde hace varios años se trabaja muy bien desde abajo y eso poco a poco ha rendido dividendos. Ya depende de cada uno poder establecerse. No es de un torneo o de otro, sino que es una lucha constante en la que el jugador no debe darse por vencido”.
—¿Qué le parecen los rivales?
“Difíciles. La experiencia nos ha dicho que los rivales se complican. Ya no son simples, sino que cada uno te significa un reto distinto. Vamos a tomar todos los juegos con la responsabilidad debida. Alemania siempre es fuerte. Fiyi no podemos menospreciarlo y Corea presenta buenos equipos. Nosotros tenemos que estar preparados para superar esas pruebas”.
—¿Qué legado quiere que su Selección deje, tras Río 2016?
“Ganar es un hábito y perder igual. Entre mejores hábitos de ganar, va a ser mejor para nuestra sociedad. Vamos a luchar por dejar un camino ganador. Quieren ser Cristiano Ronaldo, pero es el que trae la rayita en el cabello, en lugar de ser el del proceso, que lo llevó a eso”.
—¿Sirve el haber dado clases para dirigir a jugadores Sub-23?
“De los 15 a los 18 años ya era profesor. Eso impacta en tener resoluciones claras, rápidas, mandar un mensaje correcto de lo que se requiere. Desde que era jugador me ha funcionado, como entrenador se ve más marcado”.
—¿Por qué pone frases de motivación en Twitter?
“A lo mejor esa frase a uno le sirve y lo motiva. Con una persona que tengas un impacto positivo, cumplió esa frase”.
—¿Tiene algún libro de cabecera?
“No es mi estilo tener un libro de cabecera. Tengo El Milagro Más Grande del Mundo [Og Mandino], por ejemplo; o Poder Sin Límites [Anthony Robbins], así nos podemos ir. El Guerrero de la Luz [Paulo Coelho], que me gusta muchísimo. Lees los libros de [Jorge] Valdano que son fabulosos. Los mensajes de éxito son siempre los mismos”.
—¿Qué escritores le agradan?
“J.J. Benítez es un tipo que estamos terminando de leer con El Caballo de Troya. Los Libros de Harry Potter que son maravillosos. Pruebas muchos autores”.
—¿Quiénes son los entrenadores que lo han marcado?
“Tengo que generalizar. Hay entrenadores que me dejaron mensajes claritos de lo que no debo ser. Hay ejemplos como [Josep] Guardiola o [José] Mourinho”.
—Le gusta tocar temas políticos en sus redes sociales...
“Esto es personal. México vive una etapa muy dura que yo viví con [José] López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas que reventaron a mi familia. Padecemos parte de lo mismo y no puedes callar”.
—¿Cuáles fueron esos hechos que reventaron su familia?
“En tiempos del presidente [José] López Portillo, hubo devaluaciones; se acabó la clase media, porque sólo quedaron ricos y pobres. La devaluación de 1994-1995, cuando empezaba a ganar un buen sueldo y se me fue a la mitad. Viste a mucha gente que terminó sin casa por las mentadas UDIS. El haberlo vivido te deja una experiencia que tienes que compartir con las nuevas generaciones que creen que todo empezó en el año en que nacieron”.
—¿Le preocupa lo que ocurre actualmente en el país?
“Sí, si no nos preocupa, si no te preocupa, estamos todos locos”.
—Tiene detractores en Twitter.
“Piensan que me engancho [en discutir], que pierdo nivel por contestar. Tengo la esperanza de que cambien de opinión, no dejarlos en la ignorancia”.
—En una sociedad que evalúa conforme al éxito o el fracaso, ¿qué significan ambas?
“Es como dice Valdano, son impostores, el que ganes o pierdas no te hace el mejor, o el más malo, son adjetivos con los que convives”.
