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ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
Es Londres 2012. Por ahora el nombre de Aída Román sólo es reconocido por los especialistas en deportes olímpicos y los seguidores de tiro con arco. Una medalla de plata panamericana conseguida en Río de Janeiro 2007, es hasta ese momento su máximo logro individual.
Cinco días después de la inauguración de los Olímpicos de Londres, Román encadena a nuestro país a la señal de televisión que transmite la final de tiro con arco femenil. La competencia con la coreana Ki Bo Bae agota las flechas. Muerte súbita y en el último tiro a la mexicana se le escapa el oro, pero consigue la segunda presea para México en la historia del tiro con arco. Minutos antes, la neolonesa Mariana Avitia se adueñó del bronce.
A partir de ese momento, (2 de agosto de 2012), Aída Román y el tiro con arco se vuelven tendencia. Los campos de la UNAM, Politécnico y otras instituciones se saturan de niños y jóvenes que sueñan con puntuar 10 en la diana.
Al igual que muchos de ellos, Román empezó en este deporte a los 11 años. Fue construyendo poco a poco su legado y el reconocimiento como la mejor arquera mexicana en la historia. No sólo la plata de Londres la avala. En su perfil además presume siete oros centroamericanos, oro por equipos en los Panamericanos de Guadalajara 2011, certamen donde obtuvo el bronce individual. El año pasado en Toronto, se colgó la plata y se llevó el primer lugar en el Campeonato Mundial de Tiro con Arco Indoor de Lausana 2014.
Una auténtica competidora y ganadora que desde niña le gustó ocupar los primeros lugares.
Formó parte de los Delfines, equipo de futbol americano masculino de la Escuela Nacional Preparatoria 7. No le importaron los comentarios en contra ni los golpes que fuera a recibir. Román, como lo ha hecho toda su vida, quiso desafiar limites y romper estereotipos.
En su primera participación olímpica, en Beijing 2008, Aída cayó en octavos de final. Rompió en llanto al terminar su participación, pero no se permitió un día más de lamentaciones. Con temple, apenas regresó a México la capitalina comenzó su ciclo rumbo a Londres, para mejorar lo hecho en China.
La fortaleza de su mente ha sido factor clave en el éxito de Aída. Román estudió psicología en la Universidad del Valle de México. El tiro con arco al ser un deporte de precisión, requiere de una mayor preparación mental que física y esto le ayuda para actuar bajo presión.
Con una licenciatura bajo el brazo, la medalla de plata en Londres 2012 y una cuantiosa experiencia, Aída Román encara el reto de sus terceros Juegos Olímpicos. Capitanea al equipo mexicano en la aventura a Río de Janeiro, donde pelearán con las mejores del mundo por mantener el paso que ha tenido el tiro con arco tricolor en los últimos años. Ella es carta fuerte de nuestra delegación y la esperanza de miles de niños que sueñan con imitarla.