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Lino Muñoz fue un niño hiperactivo que sufría de insomnio. Su energía era tanta, que con apenas cuatro años de edad ya pasaba varias horas al día en sus clases de beisbol.

Pasó el tiempo y el inquieto capitalino no logró apasionarse por el “rey de los deportes”. Fue en el bádminton, especialidad poco conocida en nuestro país, donde Lino encontró su verdadera pasión.

“Es un deporte que me apasiona, que me ha dado grandes satisfacciones deportivas y mediante el cual conseguí el mayor sueño de un deportista”, dijo Lino, primer seleccionado mexicano en su disciplina para unos Juegos Olímpicos.

Más que celebrar el ser el primer badmintonista nacional en unos Juegos, Lino aplaude que su deporte ahora tenga mayores reflectores, porque de esa forma podrá dejar un legado a las nuevas generaciones.

“Ojalá para el siguiente ciclo olímpicos más mexicanos tengan la oportunidad de clasificar a los Juegos”, añadió Lino, quien ayer viajó a Sao Paulo, Brasil donde vivirá las últimas semanas previas a su participación en los Juegos.

Las expectativas del tricolor son realistas, pues al ser su primera participación en una justa veraniega todo será nuevo para él y sabe que la opción de medalla es complicada.

“Creo que mi meta es pasar la ronda de grupos. Son cuatro en cada uno y espero salir avante de esa fase. No estoy nervioso, sino listo para conocer a todos mis rivales y disfrutar cada momento en Río”.

Lino pasó días de preocupación al no ser reconocido de manera inmediata su boleto por el Comité Olímpico Mexicano (COM).

“Fue difícil, porque mi participación estuvo en duda al pensar que era una invitación. Afortunadamente el COM reconoció que mi boleto se logró por ranking y hoy estoy cerca de cumplir el mayor reto de mi vida. Me siento muy emocionado y con muchas ganas de tener una actuación decorosa para mi país, estoy dando todo mi esfuerzo en mis entrenamientos para sentirme orgulloso de mi desempeño”, comentó.

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