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Carta a la opinión pública:
Es un deber moral para mí hacer del conocimiento de la opinión pública las razones y evidencias por las que nuestro deporte se encuentra hoy sumido en una pugna que no beneficia en nada a nuestros nadadores, si no levantamos nuestra voz, si no aclaramos con evidencias, si no trabajamos pensando en los deportistas estaremos desperdiciando esfuerzos y talentos.
Autoridades del Comité Olímpico Mexicano (COM): Depende de su integridad moral hacer válido el derecho de los atletas por encima de los conflictos que tengan entre organismos. Es momento de demostrar qué peso es mayor para ustedes, si el seguir repartiendo culpas, confundir con declaraciones y comunicados inciertos y lavarse las manos, o actuar y defender a los deportistas. Tienen en sus manos la posibilidad de resolverlo.
En relación a comunicados que sólo confunden a la opinión pública quiero decir al señor Carlos Padilla, presidente del COM, que se le olvida informar que es el comité olímpico y no una federación nacional el organismo reconocido para efectuar los trámites de inscripción y acreditación a Olímpicos.
Podría enfrascarme con usted en un eterno lío donde se lavan las manos y se acusan unos a otros, sin presentar evidencias; sin embargo, lo que realmente necesitan nuestros atletas es la acción de autoridades que puedan resolver con justicia y aquí hay dos aspectos únicamente:
1.— Los nadadores de cualquier país que tengan la marca B y estén en el ranking de la FINA para participar en Río tienen todo el derecho de asistir y ser apoyados. No es verdad que por tener nadadores con marca A los de B no puedan asistir. Es simplemente un orden de prioridad mas no de exclusión.
2.— Es el COM el único responsable si esto no ocurre toda vez que el procedimiento de inscripción a los Juegos indica que es el Comité Olímpico Nacional quien deberá confirmar la participación de sus atletas. Además de ser también quienes recibieron la información de la FINA el pasado 4 de julio y aún no se ha hecho pública.
Señor Padilla, lo que hago es dar mi opinión, y para ello no es necesario acudir a una institución que reciba quejas y denuncias. Simplemente comparto el sentir de la familia de la natación y pongo voz a muchas otras tantas personas que coinciden en la mediocridad en la que estamos metidos por gente que no tiene la altura para cumplir con un compromiso hacia nuestra sociedad y hacia el deporte. Este tipo de conflictos son los que por mucho tiempo han dañado al verdadero deporte olímpico, aquel que compite de frente y es honesto.
