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ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
A los 16 años, sentado en una habitación de los dormitorios de la preparatoria Lincoln High, de Denver Colorado, Jorge Gutiérrez fue claro consigo mismo y pensó que “no había dejado Chihuahua si no era para cumplir su sueño de jugar en la NBA”. Ha pasado una década y el mexicano suma 47 partidos en la mejor liga del mundo. Un número de encuentros con el que muchos atletas podrían sentirse bendecidos, pero que a Gutiérrez le empieza a inquietar, porque no es la actividad que desea.
Y aunque su voluntad es permanecer en la NBA, el chihuahuense esperará el verano para escuchar ofertas y tomar la que mejor le convenga, así venga de Europa.
“En los recientes años he tenido muchas tentaciones con ofertas que han llegado, pero cuando yo salí de Chihuahua lo hice con un objetivo que era la NBA. Ya lo logré, ya he estado jugando y he tenido un buen impacto en la Liga, que me corten y luego me contraten de nuevo no es algo que yo pueda controlar, pienso que mi calidad está demostrada. Voy a esperar el verano a escuchar ofertas y tomaré la mejor”, externó Gutiérrez, quien tiene pasado en la universidad de California.
Jorge debutó en la NBA en la temporada 2013-2014 con los Nets de Brooklyn, luego de una estadía de un año con los Charge de Canton, filial de los Cavaliers de Cleveland en la Liga de Desarrollo.
En la siguiente campaña y tras la mudanza que emprendió el coach Jason Kidd a Milwaukee, Gutiérrez fue cambiado a los Bucks, donde entró a la duela en 10 ocasiones, antes de volver a Canton.
Estos altibajos han hecho que el chihuahuense se enfoque en el día a día, porque sabe que por ahora el contrato multianual que desea en Estados Unidos tardará en llegar.
“Es difícil [ir y venir], existe mucha presión por no saber lo que va a pasar con mi carrera. Trato de tomar todo día a día, que todos los días sean importantes para mí. No quiero preocuparme por lo que va venir y eso de alguna forma me ha dado resultados, porque los equipos en los que he estado se han dado cuenta de la calidad que pongo en los entrenamientos”, comentó el mexicano.
Al inicio de la actual temporada, Jorge volvió a vestir los colores del Charge de Canton, hasta que el pasado 21 de febrero regresó, pero ahora con los Hornets de Charlotte, donde por primera vez en su vida tuvo contacto con Michael Jordan, dueño del equipo.
“Nunca había visto a Michael Jordan, cuando me contrataron los Hornets fue la primera vez que lo vi. Es una leyenda del basquetbol, todo mundo lo conoce y es alguien que impactó a generaciones de aficionados e incluso a personas que no les gustaba el basquetbol. Para mí es un orgullo verlo, escucharlo, siempre se aprende y tenerlo todos los días como jefe es algo inimaginable”, recreó el guardia.
Desde que la selección mexicana de basquetbol conquistó el Premundial de la especialidad, que se desarrolló en Venezuela 2013, la carga de trabajo no ha disminuido para Jorge Gutiérrez, que cada verano que no está en temporada se alista con el combinado nacional, situación que lejos de molestarle, lo llena de orgullo por hacer lo que le gusta.
“El basquetbol es mi profesión y como cualquier otra es muy difícil bajar el switch por algunas semanas. De alguna u otra manera siempre voy a estar ligado al basquetbol, cuando voy a mi casa trato de relajarme, pero estoy muy contento con el ritmo que llevo hasta ahora porque es mi pasión”.
El próximo lunes Gutiérrez espera concentrarse con el resto de sus compañeros, que del 4 al 10 de julio estarán en Turín para pelear por el boleto a Río de Janeiro en la repesca olímpica. El guardia aún no sabe si disputará el Centrobasket, torneo que servirá de preparación, pero al igual que siempre, ya espera por vestirse el jersey de México.