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ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
El letrero del pegaso rojo que alumbra las noches de Dallas desde hace más de 50 años, es símbolo de la prosperidad de esta ciudad que fue bañada por la fortuna de la industria de las telecomunicaciones y de hidrocarburos. Pero este fin de semana el área de Fort Worth se beneficia de Wrestlemania XXXII, la mayor celebración de lucha libre que se detienen en la metrópoli texana para inyectar por lo menos 140 millones de dólares a la economía local a lo largo de cuatro días de festividad.
Wrestlemania XXXII es el espectáculo de lucha libre que todo estado desea y Texas lo tendrá por tercera vez en su historia luego de recibir en Houston las ediciones de 2001 y 2009. Sobre el cuadrilátero la historia se escribirá hasta hoy, pero en los libros de contabilidad la WWE ya están abiertas las páginas para seguir ingresando números.
En los últimos nueve años Wrestlemania ha generado una derrama económica acumulada de más de 700 millones de dólares en las ciudades en las que se ha presentado. La edición de 2014 que tuvo lugar en Nueva Orleans, ha sido la que mayor impacto tuvo con 142 mdd, mientras que la de 2015 impuso un récord de ingresos de taquilla de 12.6 millones de dólares, aprovechando el moderno estadio Levi’s de Santa Clara, California.
El área de la bahía en 2015 con la visita de WWE, se embolsó 22 millones de dólares en cuestión de hospedaje. San Francisco, San José y Santa Clara, registraron una ocupación promedio de tres noches por cada aficionado que viajó a la semana de Wrestlemania XXXI.
Ahora, el norte de Dallas se beneficiará de los ríos de personas que se encuentran para acudir al AT&T Stadium, que busca romper el récord de asistencia que mantiene Detroit desde 1987 cuando el Pontiac Silverdome se colmó con 97 mil 173 personas. La casa de los Cowboys de la NFL tienen una capacidad de 107 mil personas, sin contar el terreno de juego.
Antes del comienzo de la semana, se reportó una venta de 84 mil lugares, por lo que el lleno en el ‘Palacio de Cristal’ está prácticamente garantizado. El interés por Wrestlemania es tan global, que las localidades fueron vendidas en cada uno de los 50 estados y 30 países de todos los continentes.
Y tanto interés no es por generación espontánea. Los escritores y programadores se han dado a la tarea durante un año, de ir tejido las historias para lograr su desenlace en el Super Bowl de la lucha libre.
Para esta edición sobresale el duelo por el título de la WWE entre Triple H y Roman Reigns.
Una lesión que sufrió Seth Rollins en los ligamentos de su rodilla derecha, lo imposibilitó de defender su campeonato y abrió la puerta para que se presentara el pleito entre Triple H y Roman Reings, quien poco a poco se está convirtiendo en el rostro de la WWE, ante las bajas de John Cena, Randy Orton, Cesaro, Neville y Lucas Harper.
Una plaga de lesiones que se unen a la de Daniel Bryan, Sting, Nikki Bella que están a punto de poner el punto final a sus carreras dentro del ring.
Wrestlemania no se pondría entender sin la presencia del emblemático The Undertaker, quien tiene el mayor récord de victorias en esta celebración con 22 en 23 apariciones. Sólo Brock Lesnar lo logró derrotar en Wrestlemania XXX.
Ahora, ‘El Enterrador’, pone en juego su carrera cuando enfrente a Shane, hijo de Vince McMahon, dueño de la compañía. Si Undertaker pierde no volverá a pisar un encordado en Wrestlemania, si gana Shane será desheredado por su padre.
Así, el deporte espectáculo se prepara hoy en un escenario de lujo para hacer vibrar a los aficionados y, de paso, sumar millones de dólares de ganancias a su sede de este año.
Inducen a Sting. El emblemático luchador Sting, encabezó la clase de 2016 de nuevos integrantes del Salón de la Fama de la WWE.
Alejado de los cuadriláteros por lesión ‘El Cuervo’ es el luchador más importante en alcanzar la inmortalidad este año. Junto al él, ingresaron The Fabulous Freebirds, The Godfather, Big Boss Man, Jacqueline, Stan Hansen y el rapero Snoop Dogg.
“Es un momento increíble porque pensé que nunca iba a pasar porque no estuve mucho tiempo en la WWE”, expresó Sting.
A pesar de no ser un hombre de toda la vida de la WWE, Sting es un referente de la lucha libre estadounidense por lo que fue votado al Hall of Fame, el cual se inauguró en 1993 tras la muerte de André ‘El Gigante’.