Cuando faltan menos de 100 días para el comienzo de los Juegos Olímpicos, la alcaldía de Río de Janeiro anunció el plan operativo que pondrá en marcha durante la justa y que revolucionará la vida de los cariocas a partir del 5 de agosto.

Vacaciones escolares prolongadas y fuera de época, un feriado extra, restricción de zonas para estacionar o circular, cambios en la frecuencia y los horarios del transporte público, actividades culturales al aire libre y un aluvión de visitantes, son algunos de los aspectos que cambiarán la rutina de la capital fluminense.

Según el alcalde Eduardo Paes, es precisamente este plan operativo el gran desafío que enfrentan hoy los organizadores del evento, que por primera vez se realizará en un país sudamericano.

De hecho, las obras olímpicas, tanto las directamente relacionadas con las competencias como las de movilidad urbana, dejaron de ser el principal dolor de cabeza para el comité de Río 2016 y las autoridades municipales, ya que en su mayoría están completas o a poco de ser terminadas.

Las más problemáticas, admitió el alcalde, son el Centro Olímpico de tenis, que está terminado en un 92 por ciento, y el velódromo, que lo está en un 85 por ciento. Ambos se localizan en el Parque Olímpico, en Barra da Tijuca, donde se desarrollarán la mayor parte de las competencias.

“En el [centro de] tenis falta instalar las tribunas provisorias y las butacas definitivas de la cancha central. El velódromo reventó el plazo. La pista está prácticamente lista”, dijo el alcalde, en rueda de prensa realizada en Río.

Antes de celebrar con “orgullo” la “enorme capacidad de planificación” que permitió que su administración cumpliera con lo prometido, Paes lamentó el accidente ocurrido el jueves pasado, cuando el oleaje derrumbó parcialmente una ciclovía recién construida y dejó dos personas muertas.

“Infelizmente tuvimos un accidente, una tragedia, en una obra que no es exactamente olímpica, pero que es muy simbólica”, dijo el alcalde.

Se presume, según especialistas, que el proyecto falló al no tomar en cuenta el fuerte oleaje que habitualmente golpea el peñasco sobre el cual pende la senda, de 3.9 kilómetros de extensión y 2.5 metros de ancho.

En obras vinculadas a los Juegos se registran hasta el momento 11 muertes de obreros.

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